jueves, 24 de septiembre de 2009

Envío Nº 71: CRISIS DEL CAPITALISMO (II Parte)

CRISIS DEL CAPITALISMO (II Parte)

3. Ramificaciones de la misma raíz.

La voracidad de ganancias que experimenta el capitalismo es la raíz gruesa y profunda de este árbol que está produciendo frutos tan amargos para el pueblo ecuatoriano, particularmente para los pobres.

Pero el monstruo del capitalismo no habita sólo en el extranjero, en los países llamados desarrollados, en Estados Unidos y Europa: habita también dentro de los países latinoamericanos, dentro de nuestro propio país. Esa raíz gruesa y profunda tiene ramificaciones. Ese monstruo tiene tentáculos aquí, dentro de nosotros.

En efecto, el Estado ecuatoriano mantiene introyectado el modelo capitalista. Nuestros gobernantes, o bien se han puesto conscientemente al servicio del capitalismo, o bien se han visto en la incapacidad de sacudirse de su dominio.

La postura del difunto presidente Jaime Roldós Aguilera, en política internacional, fue clarividente y orientada a restaurar auténticamente el respeto a los derechos fundamentales del hombre y de los pueblos. El Documento de Santa Fe, elaborado por los asesores del Presidente Reagan, juzgó condenable la doctrina del Presidente ecuatoriano. Y todos sabemos que los motivos de su muerte todavía no están suficientemente esclarecidos y que pueden tener su explicación en esa condena de la Doctrina Roldós hecha por los asesores de Reagan.

Actualmente el Presidente Hurtado ha enviado una carta a organismos latinoamericanos y a los presidentes de todos los países de América Latina invitándoles a unirse sólidamente para poder enfrentar todos estos apretones que vienen del seno mismo del capitalismo internacional. Las respuestas han ido llegando paulatinamente de unos y otros países, pero todavía se espera la respuesta de otros países hermanos. Estos son esfuerzos que hasta ahora resultan ineficaces en relación con el deber de sacudirnos de la dependencia en la que vivimos desde hace mucho tiempo los ecuatorianos y los latinoamericanos.

Pero, decíamos, que el monstruo vive dentro de nosotros mismos y así se explica que muchos de los préstamos concedidos a la empresa privada no han sido invertidos dentro del país; burlando los objetivos por los cuales se consiguieron esos préstamos, los dólares han volado a otros lugares, a hacer compras de terrenos y casas, a tomar acciones en empresas extranjeras. No han favorecido al pueblo ecuatoriano.

Los préstamos cuantiosos que ha obtenido el gobierno ecuatoriano para obras realmente de gran importancia han sido también, muchas veces, distraídos, al menos en parte, porque hay una gran corrupción en la administración pública.

El contrabando es otro de los flagelos que tenemos que denunciar y que entra dentro de esta mentalidad del capitalismo: buscar la ganancia, buscar el enriquecimiento cueste lo que cueste, así haya multitudes de hombres que se mueren de hambre.

El negociado con los dólares en esta escalada de ascensión del precio del dólar en el mercado libre, es otro de los aspectos que tenemos que señalar como algo condenable dentro de esta misma mentalidad del capitalismo que busca saciarse vorazmente de ganancias, y ganancias y ganancias...

La industria y el comercio en el Ecuador también tienen dentro de sí este mismo monstruo del capitalismo. No buscan propiamente el bien del pueblo, no buscan propiamente el crecimiento de este pueblo, buscan la ganancia, y, si las ganancias, en cierta manera, les han afectado últimamente, y se han unido desde afuera a la huelga decretada por el Frente Unitario de Trabajadores (FUT), ciertamente no es motivados por los mismos motivos que tiene los obreros, que tienen los trabajadores. ¡Otros son los motivos!

Y tenemos que señalar la actitud de los políticos ambiciosos que, ciertamente, se multiplican en nuestro país y que buscan la perturbación, la confusión del pueblo, buscan aprovecharse de este derecho innato que tiene el pueblo a reclamar y a quejarse y a buscar mejores días para su propio aprovechamiento. No es que busquen tampoco el bien del pueblo, no es que tengan ellos la solución a los problemas; quizá más bien convertirán su acción en nuevas cadenas para el pueblo ecuatoriano.
¡HAY QUE ABRIR LOS OJOS SOBRE TODAS ESTAS INTENCIONES!

I. ALGUNAS REFLEXIONES

Por todo lo dicho es necesario reflexionar. Ofrecí lanzar algunas reflexiones.

• La primera: examinemos la realidad ecuatoriana; examinemos lo que ocurre a propósito de estos mismos días de huelga y de paralización de actividades. ¿Qué observamos allí? Un individualismo de grupos. Unos grupos tienen unos intereses, otros grupos tienen otros intereses. No es que se mire el bienestar común.

Dentro de esta misma observación reflexionemos sobre otro hecho: hay también en América Latina el individualismo de países. ¿Por qué no prospera el Pacto Andino? Porque cada país quiere llevar el agua a su molino; porque cada país quiere enriquecerse más que el otro y ser más poderoso que el otro. No sentimos la fraternidad. ¿Qué ocurrió cuando la guerra de las Malvinas? Hubo un verdadero movimiento de unificación de los países latinoamericanos. Hubo el deseo ardiente de consolidar una unificación de los países latinoamericanos. Se decía: ¡UNA O.E.A. SIN NORTEAMERICA!... todo esto ha ido muriendo.

• La segunda: otro punto de reflexión tiene que ser el de darle sentido a la misma huelga nacional que se está realizando. Porque ocurre muchas veces que el pueblo se moviliza, que las organizaciones se movilizan, que realizan sus manifestaciones, que lanzan sus gritos de protesta, pero todo esto es pasajero. No entra dentro de un proceso. No entra dentro de una visión de futuro. Y, una HUELGA ESTA LLAMADA A SER UNA FUERZA, UN ARMA PODEROSA PARA EL AVANCE DEL PUEBLO HACIA DIAS MEJORES, HACIA LA CREACIÓN DE UNA SOCIEDAD NUEVA, DE UNA SOCIEDAD JUSTA, DE UNA SOCIEDAD HUMANA.Y por esto, por esto mismo que debemos caminar hacia una sociedad nueva, una sociedad justa, una sociedad humana, una sociedad fraterna, hacia un hombre nuevo, es necesario reflexionar como cristianos.

Si denunciamos el mundo del capitalismo, si denunciamos todas sus maniobras, si acusamos al capitalismo como la causa, la fuente, la raíz de todos los males porque ha logrado adentrarse en nuestro mismo interior, y porque ese mismo individualismo de grupos es una señal de que también en los mismos trabajadores, de que también en las mismas organizaciones económicas o políticas está viviendo y latiendo este espíritu de capitalismo, tenemos que volver a la fuente de la fraternidad que es el Evangelio.

El Evangelio nos predica la Buena Nueva y la Buena Nueva nos anuncia el Reino de Dios y ese Reino de Dios debe estar hecho, está llamado a ser hecho de AMOR a la VIDA, de respeto a la VIDA; de AMOR a la VERDAD, de respeto a la Verdad; de práctica de la JUSTICIA; de LIBERTAD; debe estar hecho de una auténtica PAZ que sea el fruto de la JUSTICIA; ese Reino tiene que estar hecho de AMOR, de un gran AMOR a todos los hombres, a nuestros hermanos, a los más desposeídos, a los más injuriados, a los más pisoteados.

Por eso dije desde un principio que lanzaba este MENSAJE desde los POBRES, situándome desde la situación verdaderamente lastimera de los pobres que están sufriendo lo indecible.

Con este sentido cristiano debemos actuar en toda circunstancia y, por esto, hago, antes de terminar unas breves sugerencias.

III. SUGERENCIAS

Cada vez que se produzca acontecimientos como éste, el lanzamiento de medidas económicas que afectan tan profundamente la vida y la subsistencia de millones de ecuatorianos, cada vez que se produzcan hechos de protesta como esta Huelga Nacional y la paralización de actividades TRATEMOS DE CLARIFICARNOS, no nos atolondremos, no caigamos encima del torbellino.

Si perdemos el control de nosotros mismos, seremos fáciles juguetes de quienes se mueven por intereses egoístas.

SENTÉMONOS A REFLEXIONAR. VER CON CLARIDAD y luego preocupémonos de CONQUISTAR UNA AUTODISCIPLINA, UNA FUERZA DE CARÁCTER para poder dar todo nuestro APOYO, para poder COMPROMETERNOS POR LAS GRANDES CAUSAS, no por algo pasajero, sino por la edificación de esa SOCIEDAD NUEVA: que lo que estamos haciendo sirva de verdad, concretamente, como un paso para la edificación de esa sociedad nueva; si no sirve para eso, RECHACEMOS CUALQUIER ACCIÓN.

Dentro de ese mismo esfuerzo de clarificación descubramos los ABUSOS CONCRETOS, denunciémoslos, luchemos para destruirlos.

Pero, luego, también miremos con ancha mirada al Continente Latinoamericano; tenemos que aspirar a hacer del Continente Latinoamericano nuestra PATRIA GRANDE, que se destruyan también los egoísmos, los motivos de pelea, los motivos de disensión entre países y países y que caminemos hacia una América Latina sólidamente unida, que caminemos hacia una América Latina que, desde el punto de vista cristiano, sea UN NUEVO MUNDO, UNA NUEVA SOCIEDAD, desde este punto de vista, de alguna manera, demos a entender al Presidente actual del Ecuador, que respaldamos su carta de pedido de solidaridad, de unificación de los países latinoamericanos, sin que por eso signifique que justifiquemos posibles errores, posibles debilidades del gobierno ecuatoriano.


Estos son los puntos, queridos hermanos, que quería proponer para la meditación, para la reflexión y para el compromiso dentro de un proceso de auténtica liberación cristiana.


(El presente texto corresponde a la intervención de Mons. Leonidas E. Proaño, el jueves 24 de Marzo, 1983, por E.R.P.E).

Envío Nº 70: CRISIS DEL CAPITALISMO (I Parte)

CRISIS DEL CAPITALISMO (I Parte)

ANÁLISIS REFLEXIÓN Y SUGERENCIAS

A propósito de las medidas económicas.

El Gobierno acaba de lanzar un nuevo paquete de medidas económicas, consistente en la devaluación del sucre, en el aumento del precio de la leche y el aumento del precio de determinados combustibles.

El pueblo ecuatoriano se ha sentido profundamente sacudido por este nuevo paquete de medidas económicas y, en uso de su derecho a protestar y quejarse, ha paralizado sus actividades y ha salido a manifestar en las calles.

Como Obispo y Pastor de la Iglesia Romana. Libre de compromisos con intereses de grupos privilegiados o con ambiciones de partidos políticos, me siento en la obligación de decir una palabra que sea el fruto de la búsqueda de la verdad y de la justicia y la expresión de la opción preferencial por los pobres.

Me sitúo, pues, del lado de los pobres, para analizar la situación, para extraer algunos puntos de reflexión y para hacer algunas sugerencias.

I. ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN.

1. Agravamiento de la situación de pobreza.

El Episcopado ecuatoriano consignó, ya en julio de 1980, negros borrachos sobre la situación de pobreza de la gran mayoría del pueblo ecuatoriano:

“... con dolor y con ansiedad debemos comprobar que una situación de inhumana pobreza afecta a la gran mayoría de la población ecuatoriana. Es una pobreza que se manifiesta en la mortalidad infantil todavía alarmante en varias zonas del país; en falta de vivienda adecuada; en inveterados problemas de salud; en salarios de hambre; en desempleo y subempleo; en una gran desnutrición poblacional; en inestabilidad laboral; en intensas migraciones campesinas hacia las mayores ciudades, convertidas en polos de atracción con crecimiento desmedido de los suburbios...”
(Opciones Pastorales N° 12).

Si esto pudo escribir el episcopado Ecuatoriano en julio de 1980, la cadena de paquetes de medidas económicas que se han lanzado posteriormente han empeorado terriblemente la situación de inhumana pobreza del pueblo ecuatoriano.

Se han sentido golpeados por esas medidas miles de empleados del servicio público, miles de maestros, miles de obreros, miles de artesanos. Pero la dureza de los golpes caídos sobre estos sectores de sociedad no tiene comparación con lo que han sufrido los campesinos y todo ese millón y medio de subocupados y desocupados.

¿Qué ha significado para los servidores públicos, maestros, obreros, artesanos, la devaluación de la moneda, al alza del precio de los combustibles y el alza del precio de productos básicos tales como la harina y la leche? Ha significado que todo ha encarecido y que los sueldos o salarios son del todo insuficientes para cubrir el presupuesto de gastos al que, mal o bien, ya estaban acostumbrados.

¿Qué han significado esas medidas para los campesinos? Fuerte incapacitación de llenar sus necesidades básicas y radical frustración en el camino de sus aspiraciones. Precisamente cuando éstas han empezado a surgir cada vez más pujantes.

Y, para los desocupados y subocupados, significan un mayor hundimiento en la miseria.

2. El por qué de esas medidas.

La situación de empobrecimiento se vuelve realmente imposible para un número considerable de ecuatorianos. Y para otros, en número no menos considerable, se vuelve muy difícil.

Esta es la razón, muy comprensible, de la huelga y de las manifestaciones de protesta.

Pero también debemos preguntarnos: ¿Por qué el Gobierno ha dictado esas medidas que tren como consecuencias tan dolorosas y trágicos resultados? ¿Por qué?

Hay un hecho generalizado que debe llamarnos la atención, no para caer en el conformismo expresado por el refrán “mal de muchos, consuelo de bobos”, sino para ponernos en la pista del descubrimiento de las causas.

Ese hecho es que la gran mayoría de los países latinoamericanos pasan por igual o peor situación que la nuestra. También en esos países hermanos la moneda ha sufrido sucesivas devaluaciones. También en esos países hermanos, el pueblo sufre por la tremenda carestía de la vida. En países mucho más fuertes que el nuestro, como Brasil y México, sus respectivos signos monetarios están sufriendo violentas y graves devaluaciones. ¿CUÁL ES LA CAUSA?

La prensa habla con frecuencia de la CRISIS MUNDIAL. Pero, ¿Qué es la crisis mundial?

Yo voy a repetir ahora el pensamiento de un gran economista, a quien tuve la suerte de escuchar en México. Lo haré con mis propias palabras y utilizando mis propias comparaciones. Es un SISTEMA ECONÓMICO el que está en crisis. Se trata del SISTEMA CAPITALISTA. El CAPITALISMO INTERNACIONAL está enfermo. El Papa Pablo VI, al referirse al Capitalismo en su Encíclica “El progreso de los pueblos”, dijo que este sistema tiene como dios el dinero y como motor la ganancia. Pues bien; el capitalismo internacional está enfermo, porque han disminuido las ganancias y no satisfacen estas su voracidad. Está pataleando de hambre de más ganancias. Como es un monstruo, su alimentación debe ser también monstruosa. ¿Acaso no sabemos todos el dicho: “el que más tiene más quiere”? Esto mismo es lo que pasa al capitalismo: mientras más come más voracidad siente.

El capitalismo es frío, como es frío todo lo que es metálico. No le importan los hombres ni los pueblos. Le importan las ganancias. Y solamente le importan los hombres y los pueblos, en la medida en que éstos le proporcionan ganancias. Para poder devorar ganancias, decora hombres y pueblos. Es frío. No tiene corazón.

El capitalismo es calculador. Calcula como una computadora. Acosado por la voracidad, se encoge como un felino y calcula. Sintiéndose enfermo de hambre de más ganancias, encogió sus monstruosas patas, escondió sus garras, calculó atenta y fríamente. Y, de sus cálculos tomó estas resoluciones: No voy a hacer grandes inversiones en los países del Tercer Mundo. Hay demasiada acumulación de mercancías y éstas no se venden en la cantidad necesaria y ya no se producen las ganancias suficientes para satisfacer mi hambre de monstruo. Voy a hacer el ofrecimiento de préstamos. Cobraré intereses crecidos. Ofreceré, poniendo cara bondadosa y escondiendo mis garras, cuantiosos préstamos para grandes proyectos que, de todos modos, si se realizan, me beneficiarán un día. Ofreceré también, en venta o en préstamo, cantidades de armamento y haré que peleen entre sí mis víctimas. Si no me pagan como es debido los intereses y lo préstamos los pondré las manos al cuello amenazando estrangularlos uno después otro. Así obtendré suficiente comida para alimentarme.

Nuestro país, como tantos otros países de América Latina, ha caído, desde mucho tiempo atrás, en las garras de este monstruo. Dependemos de él de múltiples maneras. Somos su juguete. Nos hace pensar como él piensa. Nos hace actuar como él quiere.

Decidió recuperar las ganancias que el exceso de producción de mercancías ya no le proporcionaba, ofreciéndonos cuantiosos préstamos y cobrándonos altos intereses.

Así, el capitalismo internacional obtenía doble ventaja:

• En primer lugar, ajustaba más fuertemente las cuerdas de nuestra dependencia, pues no hay mecanismo de dominación más eficaz como el que funciona entre el acreedor y el deudor; y,
• En segundo lugar, recuperaba también de nuestro país las ganancias de que está hambriento. Mediante el cobro de altos intereses.

El Ecuador es productor de petróleo. El petróleo debía ser la garantía de los préstamos. No se conceden préstamos a los pobres: se conceden a quienes tiene con qué responder, a quienes ofrecen una garantía. Esta es la filosofía del capitalismo.

Pero se provoca artificiosamente la guerra de precios del petróleo. Los precios bajan. El Ecuador ve con espanto que sus ingresos disminuyen en millones de dólares. El Ecuador, como otros países, es víctima del juego capitalista: es como el ratoncito en las garras del gato.

En el juego toma parte importante el FONDO MONETARIO INTERNACIONAL. Ha venido repetidamente a dar consejos. Dentro de la situación de dependencia, estos consejos equivalen a PRESIONES.

Siguiendo la comparación del gato y el ratón. El Fondo Monetario Internacional suelta al ratoncito, le deja corretear por unos instantes, para luego atraparlo. Es como si se dijera al país: “No olvides que estás endeudado. No olvides que estas en nuestras manos. No olvides que tienes que pagar fuertes intereses por tu deuda. Te perdonamos la vida, al menos por el momento, si aceptas la devaluación del sucre y el alza de los precios de artículos importantes”.

La crisis del capitalismo es, entonces la causa primera, honda, al parecer lejana, del agravamiento de la situación de pobreza provocada por las medidas económicas dictadas por el Gobierno.


(El presente texto corresponde a la intervención de Mons. Leonidas E. Proaño, el jueves 24 de Marzo, 1983, por Escuelas Radiofónicas Populares del Ecuador).

Envío Nº 69: EL DESPRESTIGIO DE LA POLÍTICA (II Parte)

EL DESPRESTIGIO Y SENTIDO DE LA POLÍTICA (II Parte)
Tomado del libro
Concientización, Evangelización y Política

4. Análisis

Haciendo un breve análisis de estas realidades, podemos conocerlas con más profundidad.
Preguntémonos, por ejemplo: ¿cuál es el objetivo de una política semejante? Claramente se constata que es el interés personal, el egoísmo, más patentes en los niveles inferiores. En niveles superiores, ese egoísmo puede ocultarse detrás del biombo de un nacionalismo o de un partido político. En todo caso queda claro que el objetivo es egoísta.
Podemos preguntarnos: ¿cuáles son los medios que se utilizan? La respuesta a esta pregunta también es fácil y clara. Los medios que se utilizan son: la mentira, el engaño, el abuso, el envilecimiento de las personas por la compra de sus voluntades.
Otra pregunta: ¿cuál es la ideología que anima y dirige esos medios hacia esos objetivos? Los principios que mueven todo este mecanismo son: la ganancia, así sea indebida; la producción, así sea en perjuicio de la dignidad del hombre; la competencia desleal, así sea para traer como consecuencia el aplastamiento de la mayoría de los hombres por la fuerza de unos pocos. Se habla mucho de libertad, pero la libertad no existe en la práctica y, si existe, es un abuso a favor de los poderosos: éstos pueden hacer lo que quieren, hasta comprar conciencias, con tal de conquistar sus objetivos. La democracia es así una palabra vana. Basta reflexionar en el hecho de que las clases populares poca o ninguna participación tienen en las decisiones políticas: quienes deciden en definitiva son los que se encuentran arriba.

5. Política en sentido verdadero

Si la política ha venido tan a menos, es menester hacer todo lo posible por restaurarla. Y, para esto, es menester aclarar las ideas. Las ideas tienen una influencia innegable en las actitudes y en las acciones.
Frente al concepto de que la política es una lucha desigual por repartirse el mayor cúmulo de bienes y disfrutarlos egoístamente, hay que restaurar el verdadero sentido de la política. Por siglos se ha afirmado que el objetivo de la política es el bien común. Esto quiere decir que todos debemos trabajar por conseguir el bien que beneficie a todos. Las tareas pueden ser múltiples y variadas, pero todos tenemos la obligación de trabajar por el bien común. La conquista del poder en este caso no es la conquista de un puesto de dominación opresora, sino la conquista de un puesto de servicio, puesto de servicio que trae consigo un cúmulo de responsabilidades.
Si la política deteriorada ha echado y sigue echando mano de medios indebidos, la restauración de la verdadera política tiene que resucitar el uso de medios honestos. A la mentira hay que contraponer la verdad. Al engaño hay que contraponer la lealtad. Al abuso hay que contraponer la legalidad concebida como un respeto a los derechos de todos los hombres. Al envilecimiento de las personas por la compra de sus conciencias, hay que oponer un gran respeto a la dignidad de la persona humana. Y como muchísima gente se encuentra en una situación de inconsciencia, fruto del aplastamiento producido por el sistema, hay que contraponer a esta inconsciencia todo un trabajo de educación liberadora que lleve a los hombres a adquirir una conciencia crítica y de superación de los problemas. Es fundamental educar al pueblo. Es indispensable que esta educación no siga siendo lo que ha sido hasta ahora, una domesticación, sino una promoción del hombre en todas sus capacidades.
Si la ideología de la política depravada ha consistido en buscar la ganancia, hay que sacar a flote que lo que cuenta como valor central no es el dinero sino el hombre. Si se ha concebido la competencia como una lucha a muerte de la que resultan necesariamente vencedores y vencidos, hay que oponer el espíritu comunitario que busca en la acción mancomunada el estímulo para que sean todos los hombres quienes crezcan y se beneficien de su trabajo.
Entendiendo así la política, fácilmente se comprende que todos los hombres estamos llamados a hacer política. Los apolíticos en este sentido vendrían a ser como los zánganos en una colmena. Desde este mismo punto de vista, hay necesidad de una educación para la política. Desde el más humilde labriego hasta el más genial ministro de economía están llamados a contribuir, desde sus respectivos puestos, al bien común de todo el pueblo. Así entendida la política, no puede ser campo vedado para militares, para extranjeros o para sacerdotes.

6. Ideologías y partidos

Lo que puede pasar y pasa de hecho es que, teniendo por delante un mismo objetivo, en este caso el bien común, puede producirse sin embargo una divergencia en la aceptación de los principios que llevan al logro de dicho objetivo.
Por esta razón, nacen diversas ideologías. Por esta misma razón, nacen los partidos políticos.
Hay necesidad de una visión filosófica del hombre. Hay necesidad de una visión filosófica del mundo. Hay necesidad, en consecuencia, de una visión filosófica de la sociedad. Visiones diversas producen ideologías diversas. Ideologías diversas engendran partidos diversos y aun opuestos. Esto es inevitable y hasta necesario. Lo que hace falta es proceder con nobleza de sentimientos, con altura de miras, para que estas divergencias no conduzcan a los hombres a la destrucción y a la ruina causadas por unos en contra de otros. Aquí es en donde debe ponerse en práctica el respeto a la persona humana, el sentido de solidaridad comunitaria, la generosidad para olvidar perdonando los posibles rozamientos que se han producido en el calor de la lucha.
Desde este mismo punto de vista, comprendiendo la existencia de ideologías diversas y formadoras de partidos políticos diversos, se comprende que la política adquiera un sentido más restringido. En este punto, los hombres deben gozar de una gran libertad para poder optar por la ideología y por el partido político que su conciencia les muestre como mejores.
También debemos añadir que, en este punto, no es obligatorio que los hombres se afilien necesariamente a un partido político. Puede darse el caso y se da de hecho de que existan hombres que contribuyen al bien común sin necesidad de militar en un partido político. Las restricciones legales, a que hemos hecho referencia, en relación con el clero y con los militares, adquieren un sentido cuando esas restricciones se refieren a la prohibición de militancia en un partido político.


7. Elementos de la política

Haciendo una síntesis de todo lo dicho, podemos concluir que una tarea de restauración de la política debe llevarnos:
- al convencimiento de que todos debemos trabajar por el bien común público;
- a que los principios que constituyen la ideología y que están llamados a orientar la acción hacia la consecución del objetivo pueden ser diversos, de acuerdo a la visión que se tenga del hombre, del mundo y de la sociedad;
- a que los sujetos de participación en la política somos todos los miembros de la comunidad, en distintos niveles, por lo que mira a la consecución del bien común; pero por lo que mira a la elección de una ideología, los sujetos pueden optar libremente por una ideología o por otra, por un partido político o por otro, y aún pueden optar por actuar lejos de cualquier ideología y lejos de cualquier partido político
- a que entre los medios de realización del bien común hay que contar como uno de los principales con la captación del poder. Pero el poder debe ser concebido como un servicio que canalice las aspiraciones de todos para el bien de todos.

Envío Nº 68: EL DESPRESTIGIO DE LA POLÍTICA (I Parte)

EL DESPRESTIGIO Y SENTIDO DE LA POLÍTICA
(I Parte)
Tomado del libro
Concientización, Evangelización y Política

1. Opiniones populares

La política ha sufrido un gran deterioro en la opinión popular. Cuando empleo el calificativo popular, no me refiero solamente a las clases llamadas populares: me refiero también a las clases sociales que han adquirido algún grado de cultura más alto que el ordinario. Se puede decir que el deterioro sufrido por la política encuentra eco en una inmensa mayoría de gente de toda clase.
Es muy común escuchar en conversaciones sobre este tema frases como éstas: "yo no me meto en política", "a mí no me gusta la política", "la política es para mí una cosa repugnante", "lo peor que tenemos es la política".
Estas palabras son el producto de actitudes interiores. No se trata, pues, de expresiones insinceras. Efectivamente, la política se ha vuelto repugnante para muchísima gente.
Una de las observaciones que suelen hacer los sociólogos en países como el nuestro es que el pueblo no está politizado. Quizá los pueblos de algunos países latinoamericanos se encuentran actualmente más politizados que otros. Lo cierto es que el pueblo del Ecuador no está politizado. Puede obedecer este fenómeno a múltiples causas. Una de ellas es el desengaño a que ha llevado al pueblo la acción política de los dirigentes: para conquistarse votos, han ofrecido el cielo y las estrellas, pero después se han olvidado de sus ofrecimientos. Otra causa puede ser la falta de educación política. Como se ha tomado la palabra política en un sentido depravado, se ha producido un serio descuido en la educación política. Junto con estas dos causas, puede señalarse el hecho legal de prohibiciones de tomar parte en la política. Está prohibido de actuar en política el clero. Lo está el ejército. Lo está también para los extranjeros. Los mismos educadores de primaria, secundaria y universitarios deben cuidarse mucho de participar en política.

2. Los "vivos" a diverso nivel

Si examinamos la realidad, desde el punto de vista de la política, encontraremos fácilmente que esta palabra y su contenido se han deteriorado por el aprovechamiento que han hecho determinados individuos. Si empezamos nuestra observación en el seno de la más pequeña comunidad humana, descubrimos que medran, gracias a la ingenuidad de la mayoría, unos pocos que el mismo pueblo ha calificado de "vivos". Son aquellos que han aprendido a hablar del bienestar de la comunidad, a presentarse ante las autoridades cantonales o provinciales en demanda de ayuda, a realizar ciertas obritas aparentemente beneficiosas, a manipular a su antojo a sus vecinos y, a extraer en beneficio personal las ganancias que más pueden. Para esto naturalmente, han aprendido también a esconder intenciones y a ocultar aparatosamente los medios que les han servido de ayuda. Digo que esconden aparatosamente, porque justifican su aprovechamiento con obras aparentes y con agasajos suntuosos a las autoridades. Así se ejercita la política a nivel completamente reducido.
Lo que sucede en estas minúsculas comunidades sucede también a nivel parroquial. Las autoridades parroquiales, los líderes parroquiales, los organizadores de agrupaciones de cualquier índole, salvo excepciones naturalmente, abusan de la ignorancia de la mayoría, de la inconsciencia de los campesinos, de la complicidad de vendedores y comerciantes, para presentar engañosamente proyectos deslumbrantes a través de gestiones hechas igualmente ante las autoridades, pero con la secreta intención de sacar provecho individual. Fuera de acciones semejantes, utilizan también la ingenuidad de los indígenas, como consecuencia de una tradición deplorable, para hacerles trabajar sin remuneración alguna en obras públicas, por medio de amenazas y sanciones. No es raro el caso de autoridades parroquiales que, a pretexto de salvaguardar el orden, meten en la cárcel a campesinos que estaban bebiendo, para luego imponerles una multa pecuniaria y así sacarles de la cárcel.
Sería interminable describir realidades de esta clase. Lo cierto es que se hace política deteriorada a nivel parroquial, utilizando los medios más abusivos imaginables.
Si subimos un escalón más, encontramos que iguales métodos, quizá más refinados, se ponen en práctica a nivel cantonal y a nivel provincial. Cuando el país ha vivido en etapas cívicas llamadas de normalidad, el mismo fenómeno se ha producido a nivel nacional. Los candidatos a legisladores, a concejales o a otros puestos de responsabilidad, han pronunciado encendidos discursos de patriotismo y han hecho promesas de redención popular extraordinarias. No se han contentado con las palabras: han realizado acciones que no pueden calificarse sino de compra de votos: regalos, inauguraciones, fiestas. Entre los medios utilizados para conquistar votos está el ofrecimiento de cargos en la nueva administración. Después que han terminado las campañas electorales y que los dirigentes de un bando político han conquistado el poder, todas las personas quedan olvidadas y se producen las grandes decepciones.
Así se explica que el pueblo haya acabado por no creer en la política. Así el término y su contenido se han deteriorado.

3. Los "vivos" internacionales

Como si fueran pocos los males que esta política trae a un país, es menester sumar los males que una política del mismo estilo, pero de carácter internacional, trae sobre el pueblo. Echando una mirada al mundo, encontramos que hay países poderosos que explotan fría y cruelmente a los países menos desarrollados. Los grandes de cada país son cómplices e instrumentos de los gigantes internacionales.
Si un país pobre quiere construir una carretera, no contando con los medios económicos y técnicos suficientes y adecuados, tiene que acudir a los países poderosos en demanda de un préstamo y en demanda de asistencia técnica. El préstamo se concede bajo severas condiciones. La compra de maquinarias tiene que hacerse en el país prestamista. Los técnicos tienen que ser contratados en el mismo país poderoso y hay que pagarles sumas cuantiosas en dólares. De tal manera se condicionan estos préstamos, que el dinero llega a invertirse en un alto porcentaje en el mismo país de origen. Sin embargo, la deuda queda íntegra sumando los intereses.
He puesto solamente un ejemplo, el más común. Nada digo de ejemplos más escandalosos, tales como la explotación de productos y de minas en grande escala. Las empresas de los países poderosos, ya de suyo muy ricas, se enriquecen más y enriqueciéndose ellas, como tienen que pagar impuestos y realizar inversiones en su propio país, enriquecen más a los países ya ricos. Mientras tanto los países pobres se vuelven más pobres.
Al encontrarse en juego estos grandes intereses económicos, los países poderosos se entrometen en la política interna de cada país pobre, para no perder las suculentas ganancias. Los métodos que emplean para intromisión son vergonzosos y repugnantes. No se detienen ante nada. Si hay necesidad de desatar una guerra civil y de sumir en el dolor a miles de familias, no vacilan en hacerlo. Secretamente se mueven todos los hilos de la diplomacia. Públicamente se hacen amenazas y se imponen sanciones. El Ecuador, junto con Perú y Chile, han señalado como aguas territoriales una extensión de 200 millas, con la intención de proteger su pesca. Todos sabemos que por haberse apresado algunos barcos pesqueros, a cuyos dueños se ha impuesto una multa por pescar ilegalmente, el gobierno de Estados Unidos amenazó primero con suprimir la ayuda financiera al Ecuador. De las amenazas se ha pasado a la práctica. Todos sabemos que en Chile existían empresas que se enriquecían a costa del pueblo. Al haber sido nacionalizadas por el gobierno de Allende, dichas empresas no vacilan en tomar represalias de consecuencias funestas para todo el país. El embargo del cobre fue una clara demostración de lo que estoy afirmando.
En relación con estos inmensos daños causados a los países pobres, ¿qué significan los regalitos de algunos alimentos enviados a través de "Cáritas", de CARE y de otras instituciones? No son más que tranquilizantes engañadores. ¿Qué significan inclusive los préstamos, si lo que sacan es por lo menos el doble de lo que han prestado? Bien dijo un obispo brasileño: "Lo que prestan con una mano lo sacan a dos manos".
Se ve claramente que a nivel internacional la política se ha deteriorado, se ha corrompido, se ha depravado. ¿Quién puede creer en la política así entendida?

Envío Nº 67: EL ANGEL DE LA RESURRECCIÓN

El ángel de la resurrección


Yo soy el Ángel de las alegrías,
yo soy el Ángel de las madrugadas…

Yo removí la piedra del sepulcro
de la Resurrección en la mañana…

Ahuyentando la noche van mis ojos
con claridades blancas,
y la alegría de mi rostro alegre,
y el aleteo de mis grandes alas
van poniendo sonrisas
y tintas nacaradas
en el azul limpísimo del cielo,
en la blancura de las nieves altas,
en las puntas verdosas de los árboles,
en las subidas y en la hondonadas,
en las torres y en las plazas…
Yo soy el Ángel de las alegrías,
yo soy el Ángel de las madrugadas…

Después de las tormentas,
soy viento que resbala,
como caricia de las manos suaves
de una madre cariñosa y santa…
Después de la negrura de la noche,
en diamantes de plata
cambio con mi respeto
las lágrimas que encuentro: ¡tantas lágrimas!
y, en un himno grandioso,
toda la vida de las madrugadas.

Era la noche eterna…
En medio de la nada
florecieron los mundos…
Con sonrisas de plata
regué todas las cosas…
y después de la falta
de los primeros hombres,
resplandecí con luces de esperanza,
con luces blanca y rosa,
como las luces de la madrugada…

Noche de siglos. Noche de pecado.
Noche angustiosa y larga…
pero mi luz de rosa
se trocó de promesa en alborada…
e iluminó la cuna del Pesebre,
y sonreí mientras Jesús lloraba,
porque el Pesebre pobre
era la cuna de una madrugada,
porque el Niño Divino
era el hermoso Sol de la mañana.

Vinieron las tinieblas
en tentativa revolucionaria
y nublaron el Día
con satánica rabia.
El triunfo de la noche era completo.
¡Qué horas tan amargas!
Mi luz –sonrisa de las Navidades-
entró al sepulcro a recoger las sábanas.
El Sol del día –Cristo-
resucitó triunfante esa mañana…
Yo removí la piedra del sepulcro
¡con el esfuerzo de mis grandes alas!
Yo soy el Ángel de los Aleluyas,
yo soy el Ángel de las madrugadas…

De entonces soy sonrisa,
soy la sonrisa de las cunas blancas…
En la iglesia,
soy el silencio de la Hostia santa…
En el claustro,
soy la pureza de las almas castas…
Para los pecadores,
soy la alegría del raudal de lágrimas…
Para las almas tristes,
soy luz de madrugada…

Para ti, sacerdote,
que mueres cada día por las almas…
para ti, sacerdote,
que siembras en las lágrimas…
para ti, sacerdote, cada día,
vengo al clarear el alba,
para decirte que la muerte es vida,
para poner sonrisas en tu alma,
para cantarte el himno de alegría:
el Aleluya de las madrugadas…


A partir de 1936

Envío Nº 66: VIERNES SANTO: REFLEXIONES

Programa radial HOY Y MAÑANA Riobamba, 31 marzo 1972

Mons. Leonidas E. Proaño

VIERNES SANTO: REFLEXIONES

1.- Dentro de la celebración de la Semana Santa, el día de hoy, viernes santo, es para la devoción popular el día cumbre: recordamos y conmemoramos la muerte en la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo.

¿Cómo es este recuerdo y esta conmemoración?

¿Es algo puramente sentimental y pasajero?

¿Estamos sólo cumpliendo con unos ritos y costumbres que hemos heredado de nuestros antepasados?

¿Nos hemos preguntado alguna vez en serio qué sentido tiene la muerte de Jesús para nuestra vida personal, para la vida de nuestra familia, de nuestro pueblo, de nuestro mundo?

Después de tantos años transcurridos, ¿tiene todavía hoy qué decirnos la muerte de Cristo?

¿Qué nos dice a los riobambeños?

2.- ¿Por qué mataron a Jesús?

Cada uno de nosotros, reflexionando, podría encontrar una respuesta.

Veamos los motivos, que señala el Evangelio, de la muerte de Jesús:
Dice S. Juan en el capítulo 11, versículos 45-53, que con ocasión de la resurrección de Lázaro "creyeron en Jesús muchos de los judíos que habían ido a acompañar a María y que vieron lo que Jesús hizo. Pero algunos de ellos fueron a ver a los fariseos y les contaron lo que Jesús había hecho. Entonces los fariseos y los jefes de los sacerdotes se reunieron con la junta suprema y dijeron:

- ¿Qué vamos a hacer? Este hombre está haciendo muchas señales milagrosas. Si le dejamos así, todos van a creer en él, y las autoridades romanas vendrán y destruirán nuestro templo y nuestra nación.

Ustedes no saben nada, ni se dan cuenta de lo que es mejor para nosotros “conviene que muera un solo hombre por el pueblo, y no que toda la nación sea destruida. Pero Caifás no dijo esto por su propia cuenta; más bien, como era jefe de los sacerdotes ese año, dijo por inspiración de Dios que Jesús iba a morir por la nación judía; y no solamente por esa nación, sino también para reunir a todos los hijos de Dios que estaban dispersos". Así que, desde ese día, las autoridades judías hicieron planes para matar a Jesús.

Este texto del Evangelio nos descubre dos clases de intenciones: por una parte, las de los fariseos y de los jefes de los sacerdotes: "este hombre está haciendo muchas señales milagrosas. Si le dejamos así, todos van a creer en él..." consecuencia, no se le puede dejar así, hay que hacerlo desaparecer, hay que matarle.


Otras son las intenciones de Dios expresadas en estas palabras: "como Caifás era jefe de los sacerdotes ese año dijo por inspiración de Dios que Jesús...iba a morir por la nación judía; y no solamente por esa nación sino también para reunir a todos los hijos de Dios que estaban dispersos" (Jn. 11,49, 51-52).

Hermanos, aquí tenemos expresado el gran drama de la humanidad: el hombre con su maldad enfrentándose contra Dios y su bondad infinita.

El Hombre con su maldad, representado aquí por los fariseos y los jefes de los sacerdotes, orgullosos, muy pagados de su saber, de su prestigio, de su puesto relevante en el mismo pueblo judío, para no perder este puesto, cierran sus ojos a la luz y a la verdad y están dispuestos a matar a la misma Luz y a la misma Verdad: están dispuestos y matan a Cristo.

Para realizar su propósito, buscan pretextos: "vendrán las autoridades romanas y destruirán nuestro templo y nuestra nación" (Jn, 11,48)..." conviene que muera un solo hombre por el pueblo y no que toda la nación sea destruida" (Jn. 11,50)

Esto les permite tranquilizar su conciencia: como se consideran los guías espirituales de su pueblo, ellos le van a asegurar la tranquilidad y la paz. Jesús representaba un peligro, era un perturbador de esta paz.

He dicho antes que la actitud de estos fariseos y sacerdotes es tipo e imagen del hombre y de su fondo de maldad o de pecado. Si somos de verdad sinceros, ¿no podríamos vernos retratados en estos fariseos, en muchas ocasiones de nuestra vida?

Cuando peligra un puesto, una cantidad de dinero, el prestigio, ¿nos preocupamos mucho del triunfo de la verdad, de la justicia, del amor y ayuda al hermano? ¿No hacemos como los fariseos: poner sombras, sembrar dudas y desconfianzas y aún aplastar al prójimo, con tal de triunfar nosotros?

Si ésta hubiese sido nuestra actitud o éste nuestro modo de proceder en alguna circunstancia de nuestra vida, hoy, Viernes Santo, conmemoración y actualización de la muerte redentora de Cristo, El mismo nos hace un llamado a la conversión: ¿en qué grupo queremos quedarnos: con los fariseos hipócritas, que anteponen sus privilegios al honor y aún a la vida de sus hermanos, o con el pequeño grupo de los discípulos que, a pesar de sus debilidades, se mantienen fieles en seguirle? ¿Somos capaces, hoy, los riobambeños de prometer esta fidelidad a Cristo?

3.- Las intenciones de Dios se revelan por estas palabras: "Caifás dijo por inspiración de Dios que Jesús iba a morir por la nación judía; y no solamente por esa nación, sino también para reunir a todos los hijos de Dios que estaban dispersos”.

Lo primero en que hacen pensar estas palabras es en ¡cuán distinto es Dios de los hombres! Ante la acción criminal de los hombres que matan a su propio Hijo, Dios convierte el fruto de esta acción, la muerte de Cristo, en instrumento de vida y salvación de los mismos asesinos: Cristo muere para reunir en un solo pueblo, en una sola familia a todos los hijos, a los de la nación judía y a los de todas las demás naciones.

Ante esta acción formidable de Dios, ¿qué podemos responder los hombres? ¿Seguiremos pecando y matando a Cristo en la persona del pobre, del humillado, del aplastado por nuestro orgullo?

Hoy, viernes santo, Cristo espera de nosotros una respuesta de amor en correspondencia al amor que El nos ha manifestado...

4.- Ya dije que la devoción popular ha hecho del Viernes Santo el día cumbre de la Semana Santa. Pero reflexionemos un poco: ¿qué habría pasado si Cristo, después de haber muerto en la cruz y haber sido sepultado, se hubiese quedado ahí? ¿No habríamos dado la razón a los jefes de los sacerdotes que lo condenaron a muerte por haberse declarado Hijo de Dios? ¿Qué fuerza y qué garantía habrían tenido los apóstoles para predicar el mensaje de un condenado a muerte por las autoridades religiosas y civiles de su pueblo?

No, felizmente Jesucristo no se quedó en la muerte. Jesucristo resucitó. La muerte de Cristo fue obra de la maldad de los hombres. Su resurrección fue la respuesta y la obra de Dios. Así lo declara varias veces San Pedro en los Hechos de los Apóstoles. "Mataron ustedes al que da la vida. Pero Dios lo resucitó de la muerte, y de esto nosotros somos testigos" (Hechos 3, 15).

La cumbre de la Semana Santa no es, pues, el Viernes Santo, sino el Domingo de Resurrección, el triunfo de Cristo sobre el pecado y la muerte. Y lo maravilloso de este misterio de muerte y resurrección de Cristo es que en El todos hemos participado de su victoria. Nos dice San Pablo: "Así como por un hombre empezó la muerte en el mundo también por un hombre empezó la resurrección de los muertos. Así como todos mueren por ser de Adán, así también todos tendrán vida por ser de Cristo" Cor. 15,21

Esta victoria de Cristo sobre la muerte ilumina con luz potente todo el misterio de su vida, de su pasión y de su misma muerte. Es la que le da sentido. La vida de Cristo sobre la tierra fue un caminar constante hacia la plenitud de la vida en Dios, pasando por el sufrimiento y por la muerte.

La resurrección de Jesucristo ilumina también y da sentido a la vida de todos los hombres, a nuestra propia vida. Cristo es el primogénito de la gran familia de Dios. En Cristo, Dios nos ha revelado la ley de la vida: un caminar hacia la plenitud de vida, pasando por el sufrimiento y por la muerte.

Pero ahora sabemos que nuestros sufrimientos y nuestra muerte tienen un sentido: NOS LLEVAN, CON CRISTO, A LA RESURRECCION, A LA VIDA ETERNA, A LA PLENITUD DEL GOZO DE LA VIDA DE DIOS MISMO.