lunes, 17 de mayo de 2010

Envío 120: PACHAMAMA Y SUMAK KAWSAY (II Parte) Ponencia de Esperanza Martínez de Acción Ecológica - Ecuador en el Simposio Pueblos y Sumak Kawsay

FUNDACIÓN PUEBLO INDIO DEL ECUADOR
Constituida por Mons. Leonidas Proaño
fpie@fundacionpuebloindio.org

PACHAMAMA Y SUMAK KAWSAY (II Parte)

Esperanza Martínez
Acción Ecológica

4. Los derechos de la Pachamama


En las primeras constituciones de América se ignoraba totalmente la existencia de otros seres vivos. El esfuerzo estuvo en reconocer los derechos de propiedad que se reconocían sobre la tierra, el agua y la naturaleza, y en este marco fueron ganando derechos sobre la tierra las comunidades indígenas y campesinas.
Durante las décadas de 1980 y 1990 tuvo lugar una ola de reformas en el marco legal ambiental en casi todos los países sudamericanos y se pasaron a reconocer los llamados derechos de tercera generación, incorporando a los temas ambientales.

En la Constitución de Colombia (1991) y la de Bolivia (con las reformas del 2002) se establece que “todas las personas tienen el derecho a gozar de un ambiente sano, ecológicamente equilibrado” y se mencionan los derechos de las futuras generaciones.
En Ecuador la Constitución codificada de 1984, se introdujo “el derecho a vivir en un ambiente libre de contaminación y la obligación del Estado a tutelar la preservación de la naturaleza”. Y en la del 98 se reconoce el principio de precaución y el derecho a que cualquier persona interponga acciones por la protección del ambiente.

La Constitución de Brasil (1998) indica que “todos tienen derecho a un medio ambiente ecológicamente equilibrado, bien de uso común del pueblo y esencial a la saludable calidad de vida, imponiéndose al poder público y a la colectividad el deber de defenderlo y preservarlo para las presentes y futuras generaciones”.
En la de Venezuela (2007) se señala que es un derecho y un deber de cada generación proteger y mantener el ambiente en beneficio de sí misma y del mundo futuro. Toda persona tiene derecho individual y colectivamente a disfrutar de una vida y de un ambiente seguro, sano y ecológicamente equilibrado.
En la Constitución de Bolivia (2007) se reconoce el derecho a un ambiente sano para que puedan “individuos y colectividades de las presentes y futuras generaciones, además de otros seres vivos desarrollarse de manera normal y permanente”. Se reconocen además los delitos contra el medio ambiente, junto a los delitos de lesa humanidad, de traición a la patria, de crímenes de guerra, como delitos imprescriptibles.

En la Constitución del Ecuador (2008) se reconoce a la naturaleza o Pachamama como sujeto de derechos. La naturaleza tendría el derecho fundamental a la existencia, a mantener sus ciclos evolutivos. Reconocer además derechos como el de la reparación integral, más allá de aquellos que afectan a una comunidad y persona, cuando esta haya sido degradada, o el de las restricciones a actividades, tecnologías o políticas cuando se amenace la integridad del ecosistema.

Paralelamente a la historia oficial de la construcción y ejercicio de los derechos de un Estado, conviven y han convivido aquellos derechos propios ejercidos y mantenidos por los pueblos ancestrales, que nacen y se construyen desde las tradiciones más arraigadas de las nacionalidades y pueblos de la América prehispánica. Para los pueblos indígenas la Pachamama, (allpa mama) siempre ha sido un sujeto que, en su derecho propio, el consuetudinario, se ejercita con rituales y tabúes que aplican restricciones y normas para respetar y proteger sus derechos de existencia.

La naturaleza, de acuerdo a prácticamente todas las culturas es a la vez estructura y sistema. Es decir que tiene una forma y una serie de relaciones internas de interdependencia. De aquí que encontramos tres principios que marcan la relación con la naturaleza.

1. La pertenencia a la tierra

En la noción occidental, la persona o el individuo constituye la columna vertebral sobre el cual se asienta el ordenamiento jurídico así como el ejercicio de derechos, las distintas formas de agrupación llámense comités, club deportivos, sindicatos, asociaciones sean agrícolas o artesanales, se caracterizan por ser la suma de voluntades individuales y espontáneas que deciden agruparse en base a objetivos comunes que sean de su interés. Para los indígenas es distinto, uno es y se piensa en colectivo. La comunidad existe y se expresa usualmente en un territorio, y por lo tanto en la naturaleza.

Para los pueblos indígenas, su condición colectiva de pertenencia no está supeditada a la voluntad personal o espontánea de querer ser Kichwa, Shwar, Aymara o Kolla en un territorio determinado, sino que, quien pertenece a un pueblo indígena, nace, vive y muere con esa identidad asumida desde su conciencia y aceptada por los demás como parte integrante de su caminar histórico-cultural e identitario.
La defensa de la tierra se vuelve para los U'wa una obligación: "No sólo la ley de la madre tierra nos obliga a defendernos, también la ley de ustedes nos obliga a levantarnos. Porque los intereses económicos son también violencia política dirigida por el mismo gobierno contra nuestro pueblo".

2. La relación de todo con todo

Para el pueblo Uwa de Colombia, ruiría (el petróleo) es la sangre de la tierra, y el territorio Uwa es el corazón de la tierra. “El hombre sigue buscando a Ruiría y en cada explosión que recorre la selva, oímos la monstruosa pisada de la muerte que nos persigue a través de las montañas”. Extraer petróleo de este territorio equivale a matar a la tierra.

En la cultura Kichwa de Ecuador, existe un mito que nos habla de la hermandad existente entre el ser humano y los monos, según la cual todo ser humano tiene un alma de mono. Y aun en base a los parámetros de ciencia occidental, el ser humano tiene parentesco con los monos. Tanto los monos, como el resto de los animales y los humanos tienen derecho a existir y más aún a coexistir.

La mayoría de shamanes se transforman en animales cuando intervienen con sus sueños en la realidad. El yajé, y todas las plantas sagradas tienen como función restablecer la comunicación con la naturaleza al punto que el shaman pueda convertirse en un animal.

Se dice que el primer Kichwa es a su vez el primer abuelo “cuya alma se encuentra emparentada con el puma negro”: Apayaya puma . El puma mató a la madre del hombre y después lo adoptó, éste se convierte en puma y se integra a la vida de los pumas.

Según la cosmovisión indígena, todos los seres de la naturaleza están investidos de energía que es el SAMAI y, en consecuencia, son seres que tienen vida: una piedra, un río, la montaña, el sol, las plantas, todos los seres tienen vida y ellos también disfrutan de una familia, de alegrías y tristezas al igual que el ser humano.
Así es como cada uno de estos seres se relacionan entre sí al igual que con el ser humano, con la cultura, la organización, la religión, la filosofía, la arquitectura, la salud, el idioma, la política, la tierra, el territorio, la biodiversidad (recursos naturales), el poder en sí o el ejercicio del poder gubernativo. En otras palabras podemos decir que todos somos parte de un todo.

3. Un sentido de lo sagrado de la vida

El concepto Pachamama es muy común entre las culturas indígenas y campesinas entenderlo e intentar explicarlo es sumamente complejo ya que se trata de un concepto que abarca muchas dimensiones de lo humano. Representa una especie de dualidad con base en la cual se sustenta la existencia misma, es divino al mismo tiempo que terrenal, es la espiral que simboliza la vida y la muerte. La Pachamama es lo que sostiene la existencia de este tipo de pueblos tanto en el ámbito humano como en el sagrado.

La naturaleza es lo más grande y sagrado, es la generadora de vida y producción, de ahí que, la madre tierra o allpa-mama para los kichwas, al envolver entre su vientre las semillas, que luego de sus respectivos procesos se constituyen en el alimento de los seres vivos, debe ser cuidada, respetada e igualmente alimentada. En esa relación con la allpa-mama, cuando se producen las cosechas, los pueblos indígenas entonan sus cánticos conocidos como el Jahuai-jahuai, se preparan rituales de agradecimiento, se brinda con ella regando en la tierra la chicha (bebida de maíz fermentado) que no es otra cosa que el compartir el compromiso de seguir generando vida.

Entonces, en la cosmovisión indígena, se entabla una relación de respeto mutuo, la tierra es parte del ser humano y viceversa, por eso, cuando nace un wawa (bebé) el cordón umbilical y la placenta se siembran bajo tierra junto a un árbol que luego florecerá, dará frutos y nos brindará cobijo o sombra. Asimismo, cuando se produce la muerte, que es otra forma de vivir (cuya explicación no forma parte de este texto), nuevamente volvemos a la tierra, a nuestra allpa-mama y volvemos a ser parte de ella.

Todo el comportamiento de los pueblos indígenas, es de carácter religioso: sus ayunos, cantos y bailes, aseguran la creación del mundo, en ellos se recrea la vida y la cultura.

A diferencia de la cultura occidental que pretende reconocer solo aquello que puede ser colocado en el Mercado, para los pueblos indígenas con lo sagrado no se negocia. Para los U'wa la cultura con principios no tiene precio. "Nosotros nos preguntamos, ¿Acaso es costumbre del hombre blanco vender a su madre? Sólo en una concepción mercantilista de la naturaleza se puede entender lo sórdido de vender o privatizar las funciones de la naturaleza bajo la figura de los “servicios ambientales” o aceptar como un buen negocio actividades que destruyen absolutamente el ecosistema.

¿Cuál es el alcance de los derechos de la naturaleza?

• La Naturaleza tiene el derecho a tener derechos propios

Tiene derecho a existir y perdurar, a florecer en el tiempo, a mantener su ciclos vitales y evolutivos. A la Naturaleza, no se le pueden mezquinar sus derechos.

• Tiene el derecho a tener guardianes.

Los Pueblos Indígenas son y han sido los custodios de la naturaleza. Han conservado y enriquecido la biodiversidad. Conservan un conocimiento profundo sobre los rituales sagrados de la vida.

• Tiene el derecho a tener defensores

Quienes defienden la naturaleza de las agresiones de las empresas o de los Estados, no son criminales que afectan la propiedad o el desarrollo, son defensores de derechos fundamentales cuyo papel debe ser reconocido y estimulado, nunca reprimido. La exigibilidad de estos derechos se debe dar en terrenos sociales, políticos y legales.

• Tiene el derecho a la reparación

Más allá de la sustitución o limpieza de aquellas condiciones que afectan a las comunidades humanas. La naturaleza debe ser reparada, debe recuperarse su estructura y lograr que los ecosistemas puedan funcionar y mantener las condiciones de vida de todas las especies.

• Todos los miembros de la comunidad de la tierra deben ser protegidos.

Incluyendo todos los humanos todos tienen derecho al sustento, a la protección, al respeto.

• Se debe impedir erosionar o minar los derechos de la naturaleza

Ningún Estado, corporación o empresa tiene el derecho de erosionar o minar los derechos de la naturaleza, tampoco de privatizarlos o ejercer el control sobre sus recursos, productos derivados o conocimientos ligados a ellos.

• Se debe prohibir toda forma de privatización o mercantilización de las funciones de la naturaleza

Ninguna persona o empresa podrá apropiarse de las funciones naturales de los ecosistemas para negociarlas o justificar con ellas actividades de sus intereses

• Se Fomenta y exige la responsabilidad

Los derechos se derivan de y se nivelan con “responsabilidad”. Los que tienen responsabilidad directa y objetiva son los fabricantes de las decisiones y de las agresiones contra la naturaleza. Para los miembros de una comunidad su responsabilidad se refleja en la obligación de proteger los derechos de la naturaleza y en esto se legítima plenamente su resistencia y oposición a cualquier actividad que la destruya.

• La defensa de la naturaleza es a la vez local, nacional y global

Los esfuerzos por la protección y respeto a los derechos de la naturaleza deben ser locales, nacionales y globales y deben basarse en la cooperación, la solidaridad, el respeto.

• Los derechos de la naturaleza deben ser parte de la concepción misma del modelo de desarrollo.

El Sumak Kawsay, nuevo paradigma del desarrollo, nace y se construye desde culturas apegadas a la tierra que tienen una visión de pertenencia a la naturaleza. Que viven en comunidad y que tienen territorios (por desgracia estos territorios tienen agua, biodiversidad, minerales, riquezas apetecidas por el desarrollo capitalista)

• Se requieren nuevos indicadores de bienestar y desarrollo

Los indicadores actuales de desarrollo humano (la renta per cápita +Esperanza de vida+ índice de educación) han sido criticados y con razón porque no miden: bienestar, desarrollo, desigualdad, sin embargo tiene el agravante de que NO se aplican para pueblos que tienen relación distinta con la naturaleza.

Tal vez por todo ello Monseñor Proaño se atrevería a decir: “... Busco en todas partes luchadores por la Paz y por la Vida. Debemos actuar antes de que sea demasiado tarde, antes de que la ambición y la locura de unos hombres conviertan a nuestro planeta tierra en una luna muerta, en un cementerio del espacio.”