domingo, 13 de junio de 2010

Envío Nº 124 PRESENTACIÓN DE LA CANTATA PUKA RUNA


CANTATA PUKA RUNA: PRESENTACIÓN



Como en el universo las estrellas, hace 100 años, en la humanidad, en la justicia, en la fe cristiana y en los derechos humanos, se gestaba una gran luz.


No nació cuando su madre lo trajo al mundo en 1910. Tampoco cuando en 1936 fue ordenado sacerdote y mucho menos cuando el oficialismo eclesial le nombró obispo en el 54. En esos años, ya se estaba preparando. Su luz, esa magnífica luz, nació cuando llegó a Chimborazo un 29 de mayo de 1954 y conoció la miseria, el dolor de la injusticia, el escarnio de la discriminación que vivían, día a día, sus hermanos indios. Él, Leonidas Proaño, juzgó indispensable devolverles el principio fundamental de su condición humana, que había sido usurpado desde hace siglos por los conquistadores y luego por sus sucesores criollos y mestizos: LA DIGNIDAD, y actuó de acuerdo a ello.


En 1960 fundó el Centro de Estudios y Acción Social, CEAS, en el 62 creó las Escuelas Radiofónicas del Ecuador ERPE y la Granja-Escuela Tepeyac de donde más adelante nacería la ECUARUNARI, así mismo constituyó los equipos pastorales y las comunidades eclesiales de base. Debido a estas acciones fue fiscalizado por el Vaticano en 1973 mientras en Chimborazo se convulsionaban los conflictos de tierras, a consecuencia de lo cual el líder indígena Lázaro Condo fue asesinado. Más tarde, en el 76, la dictadura militar ordenó el apresamiento de Proaño junto a otros obispos latinoamericanos acusados de subversión.
La estrella nació verdaderamente cuando Proaño tomó una decisión fundamental, cuando renunció a la tentación de vivir a cuerpo de obispo -príncipe de la Iglesia- y escogió el amor a Dios en el amor al prójimo más despreciado y excluido, el indígena, educando su conciencia a través del alfabeto y del evangelio al que proclamó como el más subversivo de todos los documentos. Entonces la luz de esa estrella estalló en miles de rayos, con plena conciencia, con convicción y con acción.


Taita Leonidas es una estrella y brilla tanto porque vive en los que creemos que su vida fue un mensaje. La Fundación Pueblo Indio del Ecuador y los artistas creadores de la Cantata Escénica Puka Runa, hemos aplicado una de las enseñanzas básicas de Taita Leonidas: los valores comunitarios, la minga, en este caso creativa, para recordar a los defensores y conformistas del sistema, que las estrellas, como la utopía, brillan por una sola razón: señalarnos el camino. La Fundación Teatro Nacional Sucre se ha convertido en el proyector que nos ayuda a mostrarla.
Nidia Arrobo Rodas, la directora ejecutiva de la Fundación Pueblo Indio del Ecuador, nos lleva la delantera en el camino del reconocimiento al pensamiento y trabajo de Leonidas Proaño. Y por eso, Nidia acaba de recibir un premio en La Habana, Cuba, denominado "ROSTROS DE LA SOLIDARIDAD Por ser símbolo e identidad continental en su opción por los pobres y excluidos; en su comunión y esperanza con la liberación de América Latina, dado por El Grupo de Reflexión y Solidaridad "Oscar Romero".


Unámonos todas y todos en un fuerte aplauso de orgullo y felicitación.


Una cantata es una estructura musical que se sostiene en la interpretación cantada y orquestada de varias composiciones. Pero, Puka Runa es una cantata escénica, es decir que, además de sus características sonoras, tiene otras que transcurren en imágenes dancísticas y acciones escénicas, tejidas dramáticamente. En Puka Runa, la dramaturgia es el cimiento para la construcción de los otros lenguajes: la música instrumental y coral, la danza y el teatro.


La Cantata escénica Puka Runa, por último, tiene un subtítulo: La Revolución del Poncho. Diversa con respecto a otras que se dicen revoluciones, la del poncho es una revolución que señala no solamente la reivindicación del Ser Indio y del justo reconocimiento a su cultura y a su aporte, sino también la reivindicación de sus derechos colectivos. Enfoca los valores ancestrales que enfrentan al Pueblo Indio no contra un gobierno ni una coyuntura política específica, sino contra un sistema neocolonial, capitalista, corrupto y perverso que late en el corazón de los pequeños poderes ajenos y propios.


Cuando perdamos el rumbo y no sepamos por dónde seguir, cuando lo que creíamos un camino cierto se convierte en un pantano, entonces levantemos la frente y recurramos a la estrella: cantemos el Credo de Proaño que ahora conoceremos, pongámonos el poncho y bailemos el Puka Runa en comunidad; entonces el camino se aclarará nuevamente.


Niños y niñas, jóvenes y adultos, todos y todas… con ustedes, la Cantata escénica PUKA RUNA… La revolución del Poncho.


Adela De Labastida
23/05/2010