martes, 6 de octubre de 2009

Envío Nº 93. CONCIENTIZACIÓN ( III Parte)

CONCIENTIZACION III Parte

Toda esta tarea perfeccionadora del mundo material y perfeccionamiento del hombre no puede realizarse sino en comunidad. Esto quiere decir que el hombre individuo tiene necesidad de los demás hombres para perfeccionarse. No podría hablar de liberación en un sentido integral, si el hombre no fuera capaz de amar, es decir de superar su egoísmo y de entregarse al bien de los demás. Trabajando juntos por perfeccionar el mundo, el hombre aprende a amar y camina por la ruta de su integral perfeccionamiento.

Todo esto significa que el hombre tiene otro punto relacional y es conciencia-tiempo. El hombre es un ser temporal, porque está llamada a la tarea del perfeccionamiento del mundo y de sí mismo. Si no hubiera tiempo para el hombre éste sería un ser estático, incapaz de caminar, incapaz de aventurarse. Esto mismo quiere decir también que el hombre está llamado a realizar su propia historia con un pasado, en un presente, hacia un futuro. Esto quiere decir que el hombre es un ser perfectible. Lo indefinidamente perfectible decía Gratry - es lo más cercano a lo infinitamente perfecto.

3. Concepto de concientización.- Durante la elaboración hecha en equipo, como dije, al empezar este trabajo, fueron apareciendo diversos aspectos constitutivos de la concientización. Voy a citarlos de la manera desordenada como salieron, para luego tratar de organizarlos más o menos sistemáticamente.


Se dijo que era el proceso por el cual el hombre se decía sujeto activo de la transformación del mundo en que vive, mediante el dinamismo “reflexión-acción, acción-reflexión”. Otro dijo que era la conciencia de que el hombre es hombre, la conciencia del mundo, la conciencia de los otros hombres, hasta llegar a un compromiso de transformación del mundo para el bien común. Otro expuso que era la capacidad crítica y creadora que puede adquirir el hombre para ser así sujeto activo. Un proceso por el cual el hombre llega a ser más hombre fue el pensamiento de otra persona. Por último, cito el siguiente concepto: el hombre es un ser inacabado, se descubre como tal y aspira a hacerse más y más hombre.

Todos los conceptos vertidos en la reunión de elaboración por distintos miembros del equipo expresan algún aspecto importante del concepto mismo de concientización, determinando con frecuencia las finalidades o los resultados de esta labor.

Después de las reflexiones anteriormente hechas sobre lo que hemos llamado los puntos cardinales, resulta relativamente fácil recoger esos diversos conceptos y encuadrarlos dentro del marco cuadruplemente relacionado del hombre. En efecto, concientización parece ser el proceso por el cual el hombre se autositúa en relación con Dios y el llamamiento que le hace, en relación con el mundo con el cual tiene que marchar perfeccionándole y perfeccionándose, en relación o en comunidad con los demás hombres con quienes y para quienes perfeccionando el mundo y perfeccionando la sociedad se perfecciona a sí mismo, lo cual quiere decir que se pone en marcha hacia Dios, realizando así la historia humana, mediante su relación con el tiempo.

4. Tránsito hacia la conciencia crítica.- Si he hablado de proceso es porque se trata de algo dinámico, de algo que se pone en movimiento, de algo que es vital y transformador, de algo que es pascual por ser el paso de una situación a otra situación, de una actitud a otra actitud, de un estado de conciencia a otro estado de conciencia.

La simple toma de conciencia puede dejar al hombre en el estado de conciencia mágica. ¿Qué entendemos por conciencia mágica? Es esa aceptación fatalista y trágica del misterio de Dios, de un Dios lejano y todopoderoso, castigador y terrible. Es la aceptación fatalista y trágica del misterio del hombre, concebido como irremediablemente viciado, convertido en lobo del hombre. Es la aceptación fatalista y trágica del misterio del tiempo, imaginada como un torrente impetuoso que arrastra y al que no podemos gobernar de ninguna manera.

Desde aquí hay que partir hacia una concientización auténtica. En la práctica, aquí reside la mayor dificultad. Hay una multitud incontable de hombres que condicionados por estructuras de opresión y por herencias provenientes de generaciones y generaciones anteriores, viven en una situación de opresión y dependencia, no sólo externa sino también interna. Es sumamente doloroso y desconcertante descubrir, desde el punto de vista psicológico, cómo los hombres oprimidos llegan a estar disminuidos, estancados, resignados, sin aspiraciones. Sin embargo, repito que hay que partir desde esta situación.

¿Qué se entiende por conciencia ingenua? Es la aceptación fácil, infantil, pseudo científica del misterio de ese Dios lejano y terrible, de ese mundi impenetrable, de ese hombre contradictorio en la vida práctica, de ese tiempo inexorable e inasible. La conciencia ingenua no es menos pasiva y resignada que la conciencia mágica, porque las explicaciones de esos misterios son acertadas sin cuestionamientos, sin objetividad, equivocadamente.


¿Y qué se debe entender por conciencia crítica? Es también una aceptación. Sí, pero una aceptación fuertemente condicionada a una clarificación cada vez mayor y más objetiva de las realidades misteriosas que rodean al hombre. El hombre de conciencia crítica sabe que las conquistas realizadas en relación con el misterio de Dios, con el misterio del mundo, con el misterio del hombre comunitario, con el misterio del tiempo, no son definitivas ni acabadas: sabe que tiene la misión de ir desvelando todos esos misterios. Este desvelamiento se realiza a través de una actitud problematizante. Frente a una realidad visible o invisible, se pregunta: esto, ¿que es? El interrogante así concebido y expresado significa un interés y un acercamiento, el hombre de conciencia crítica se pregunta: ¿por qué es esto así? De esta manera, empieza a profundizar en el conocimiento. El hombre de conciencia crítica continúa preguntándose: y si esto es así, ¿para qué sirve, cuál es su sentido? De esta manera procede al descubrimiento de las finalidades que son las que dan el sentido a los seres y a las cosas. Descubiertas las finalidades, un impulso interior lleva al hombre de conciencia crítica a preguntarse: ¿cómo? ¿Cómo llegar hasta Dios? ¿Cómo dominar este mundo? ¿Cómo construir una sociedad nueva? ¿Cómo realizar la historia? Buscando respuesta a estas preguntas, el hombre de conciencia crítica va descubriendo métodos y medios de ponerse en marcha, métodos y medios de transformar la realidad, de construcción es parte indispensable de una educación liberadora o es la educación liberadora. Nunca podemos afirmar que hemos llegado a adquirir una cabal conciencia crítica. Siempre estamos en condiciones de seguirnos preguntando, es decir, de seguir concientizándonos, educándonos y liberándonos.

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