sábado, 19 de septiembre de 2009

Envío Nº 48: APROXIMACIÓN A LOS POBRES

APROXIMACION A LOS POBRES

1. El sentido de una insinuación.- El viernes pasado, terminamos este programa radial con la insinuación de que quienes se han comprometido a iniciar la formación de la Comunidad Parroquial Misionera busquen a los más pobres de su barrio, los inviten a la próxima reunión y empiecen a conversar con ellos acerca de la situación en que viven, acerca de los mayores motivos de sufrimiento, de sus necesidades y aspiraciones.

¿Cuál es el sentido de esta insinuación? No solamente existe la brecha que separa a los hombres en dos categorías: ricos y pobres. También entre los pobres hay diversas escalas: unos son más pobres que otros en variados niveles. Desde este punto de vista, es posible que las personas que se han comprometido a formar la Comunidad Parroquial Misionera, siendo pobres, se encuentren sin embargo en un nivel un poco más alto del que se encuentran otras personas. El sentido de la insinuación, desde este punto de vista, es que se busque una aproximación a los más pobres, como primer paso.

En segundo lugar, nos permitimos señalar el peligro de contentarnos con reunirnos para reflexionar y puede ser que entonces digamos muy bellas frases. Pero si no descendemos a la práctica, si no descendemos a la acción, las palabras se quedan sin sentido, se vuelven vacías. Por esto, creemos necesario empezar insinuando una acción que consiste en visitar a los pobres, en acercarnos a ellos, en empezar un proceso de amistad con ellos.

También queremos señalar otro aspecto que da sentido a la insinuación. Ya llevamos años utilizando un método que ha terminado siempre con el planteamiento de preguntas. Nos hemos acostumbrado a este método. Pero, desde hace pocas semanas, hemos iniciado otro método que tiende a procurar la acción, para luego sobre la acción que hemos realizado buscar la reflexión. Esta observación explica también el sentido de la insinuación que hemos hecho invitando a grupos a actuar para luego buscar una reflexión adecuada.

2. ¿Quién es nuestro prójimo? Leemos en el Evangelio de San Lucas, capítulo 10, que un maestro de la Ley preguntó a Jesús: A¿Quién es mi prójimo?@ Jesús le respondió proponiéndola parábola de Buen Samaritano. Nosotros hemos adoptado como título del programa de hoy el siguiente: AAproximación a los pobres@. El Evangelio nos ayudará a comprender mejor lo que estas palabras significan y nos motivará para decidirnos a buscar a los pobres, a los que son más pobres que nosotros. La respuesta de Jesús dice así:

“Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de bandidos que, después de haberlo despojado de todo y de haberlo molido a golpes, se fueron dejándolo medio muerto. Por casualidad bajaba por ese camino un sacerdote, quien, al verlo, pasó por el otro lado de la carretera y siguió de largo. Lo mismo hizo un levita al llegar a ese lugar: lo vio, tomó el otro lado del camino y pasó de largo. Pero llegó cerca de él un samaritano que iba de viaje, lo vio y se compadeció. Se le acercó, curó sus heridas con aceite y vino y se las vendó. Después lo puso en el mismo animal que él montaba, lo condujo a un hotel y se encargó de cuidarlo. Al día siguiente, sacó dos monedas y se las dio al hotelero, diciéndole: “cuídalo. Lo que gastes de más yo te lo pagaré a mi vuelta”.


Jesús entonces preguntó: “según tu parecer, )cuál de estos tres se portó como prójimo del hombre que cayó en manos de los salteadores?@. El contestó: Ael que se mostró compasivo con él@. Y Jesús le dijo: “vete y haz tú lo mismo”.”

La parábola nos muestra claramente que el samaritano fue el único que se portó como prójimo del hombre que había caído en manos de los salteadores. Fue prójimo porque se compadeció del hombre caído y se aproximó a él hasta descubrir las heridas y dedicarse a curarlas. Acercarse, aproximarse al que sufre es convertirse en prójimo. Si miramos a los que sufren desde cierta distancia y pasamos adelante no somos prójimos, porque no nos aproximamos. La presencia de personas que sufren constituye una invitación a aproximarnos a ellas. Desgraciadamente podemos rechazar esa invitación y pasar de largo. Podemos hacer bonitas reflexiones acerca del prójimo, acerca de los que sufren, acerca de los pobres, pero no dar un paso para convertirnos en verdaderos prójimos.

3. Aproximación a los pobres.- Si queremos ser de verdad cristianos debemos esforzarnos seriamente por aproximarnos a los pobres. Para interrumpir nuestro camino, para cortar nuestro programa de actividades diarias, para dejar de lado relaciones con personas que nos son agradables e ir en busca de los pobres, hay necesidad de realizar un gran esfuerzo. El sacerdote y el levita no quisieron realizar este esfuerzo. En cambio el samaritano sí lo realizó: se detuvo, se compadeció, bajó de su cabalgadura, dio pasos hasta encontrarse junto al herido, examinó su cuerpo hasta descubrir las heridas, volvió hasta el lugar en donde quedó su cabalgadura en busca de aceite y vino y de alguna tela, retornó hasta el herido, curó sus heridas y se las vendó cuidadosamente. Hecho esto, no lo abandonó: y, antes de continuar su viaje pagó al dueño de la hospedería y le recomendó que si gastaba algo más de lo que le estaba dejando, se lo dijera para pagárselo más tarde, a su regreso. Por todo esto, el samaritano fue prójimo del mal herido. Realizó un gran esfuerzo. Esto mismo tenemos que hacer nosotros.

Efectivamente, la acción de aproximarnos a los pobres nos quita tiempo para nuestras propias actividades, puede perjudicar nuestros negocios y nuestros intereses económicos. Inclusive, puede ponernos en peligro de ser también asaltados por los malhechores. Además, para poder llamarnos su prójimo, hay necesidad de que nuestro corazón se sienta sinceramente compadecido del que sufre, es necesario que nos acerquemos con un gran respeto y suma delicadeza, para no agravar las heridas que ya padece.

4. Posibles reacciones.- La parábola no nos dice nada acerca de las reacciones del hombre que cayó en manos de los ladrones. Pero nosotros podemos prever cuáles pueden ser las reacciones de los más pobres. Por el mismo abandono en que han vivido, se sorprenderán de que nos acerquemos a ellos, quizá nos mirarán con desconfianza, quizá se despierte en su corazón el interés de recibir inmediatamente una ayuda económica, quizá nos ofrezcan participar en las reuniones pero sin intención de cumplir su palabra...

Es conveniente prever éstas y otras posibles reacciones, para no desanimarnos para ser comprensivos, para entender que toda una vida de abandono y marginación deja en el alma una fuerte costra de desconfianza, de timidez, de fatalismo y conformismo. El fatalismo y el conformismo anidan en el corazón de quienes han perdido toda esperanza. Y es necesario reanimar esa esperanza. Con frecuencia, este trabajo requiere de paciencia, de tiempo y sobre todo de un amor a toda prueba.


Por todas las razones antedichas, hemos hablado de proceso de aproximación a los pobres. La confianza no se conquista con una sola visita, con un solo contacto por más calor que pongamos en nuestras palabras y en nuestros gestos. En cambio, si ven que perseveramos en aproximarnos a ellos, en interesarnos sinceramente por sus problemas, poco a poco se irá abriendo su corazón a la confianza y entonces se decidirán a tomar parte activa en nuestras reuniones.

Muchas veces, será conveniente no entrar en reflexiones aunque éstas partan del Evangelio. Será conveniente, más bien, dar cauce a conversaciones que tengan por objeto la descripción de sus sufrimientos y de sus causas. Es mucho más fácil hablar de lo que a uno le duelo.

5. Información.- Si todo los miembros de los grupos que se han comprometido a iniciar el proceso de formación de la Comunidad Parroquial Misionera dedican tiempo a la búsqueda de contacto con los más pobres, en la reunión deben informar sobre el resultado de ésta acción, dando los datos más concretos y más interesantes de su experiencia. Datos concretos pueden ser el lugar en dónde viven las personas con quienes se han relacionado, sus nombres, el trabajo que realizan. Datos interesantes serán también la facilidad o no que hayan tenido para el diálogo, la reacción que se produjo en dichas personas, las dificultades que hayan presentado como obstáculo para participar en las reuniones.

Una vez hecha esta información en el seno del grupo, alguien que esté desempeñando la función de secretario o secretaria debe encargarse de redactar una información más sintética, más resumida de todos los informes y ser enviada a la curia, el jueves de cada semana. Teniendo presentes los diversos informes, en el Programa Radial podremos referirnos a ellos, estimular la acción que se ha realizado para que continúe realizándose y buscar puntos de reflexión a la luz de la razón y del Evangelio. Así podemos desatar el proceso del que venimos hablando con miras a la formación de la Comunidad Parroquial Misionera.

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