sábado, 19 de septiembre de 2009

Envío Nº 45: LA PALABRA DE DIOS (I PARTE)

LA PALABRA DE DIOS I Parte

1. Hambre.- El pueblo tiene verdadera hambre de la Palabra de Dios. Siempre lo he comprobado. Pero últimamente quiénes hemos ido a visitar grupos o comunidades en diversos lugares de la Diócesis, nos hemos dado cuenta de que esta hambre urge ser satisfecha.

Por estas razones, hemos organizado últimamente dos cursos orientados a proporcionar conocimientos elementales acerca de la Biblia.

El primer curso se realizó en Alausí. Allí, tuvimos algunas reuniones, con variada participación, de acuerdo a las posibilidades de los pobladores. En horas del día, la participación era de un número más reducido de personas: Entre 20 y 30. Por la noche, la participación fue mucho más numerosa. Esto es comprensible, pues durante el día los hombres tienen que trabajar y las mujeres tienen que prestar cuidadosa atención a las actividades domésticas.

Otro curso acaba de realizarse en la casa de Santa Cruz. Con el deseo de participar en este curso han venido campesinos de diversas comunidades: de Cacha, de San Vicente de Yaruquíes, de San Bartolo y Columbe Chico de Columbe, de Sesel Airón de la parroquia de Cebadas, de San Francisco y Tutupala de la parroquia de San Isidro, de Pulucate de la parroquia de Columbe, de Ballagán de la parroquia de San Juan, de Nisac de la parroquia de Alausí, de Shuid de la parroquia de Guasuntos.

En ambos cursos, se ha hecho patente esa ansia de conocer la Palabra de Dios que he llamado hambre. Juntando los resultados de los dos cursos, pretendo presentar aquí, para utilidad de las gentes del pueblo, un resumen lo más claro posible y en estilo sencillo de cuánto hemos ido descubriendo juntos, siguiendo siempre el método del diálogo.

2. ¿Cuál es la Biblia?- No hago sino copiar las respuestas que se han dado a esta pregunta:

- Un libro
- Un conjunto de libros que contienen la Palabra de Dios
- Un conjunto de libros inspirados por Dios
- La historia de la Salvación del hombre
- Un instrumento por medio del cual Dios habla al hombre y que tenemos que llevar a la práctica.
- Es Dios mismo hecho Palabra.
- Es un libro escrito por hombres e inspirado por el Espíritu Santo.
- Es un libro que contiene el mensaje de Salvación
- Es Dios mismo que se revela a los hombres
- Es la expresión del amor de Dios al hombre
- Es un conjunto de libros que contienen la Palabra de Dios escrita.

Como se puede ver, todas las respuestas nos dan una idea de lo que es la Biblia. La Biblia, efectivamente, es un libro, pero contiene una gran cantidad de libros. La Biblia es un libro, pero no es como los demás libros, porque está inspirado por Dios, porque contiene un mensaje de Dios para la Salvación de los hombres, porque es la expresión del amor de Dios al hombre. Dios ha querido comunicarse con los hombres y expresarles sus planes de amor y de felicidad.

3. Modos de comunicación.- Nos hemos planteado la siguiente pregunta: ¿Dios habla como nosotros? ¿Ha pronunciado palabras como nosotros?

- No. Dios es espíritu y no necesita pronunciar palabras para comunicarse con nosotros.

Esta respuesta parece dejar en la duda a algunos de los participantes. No parecen convencidos. Se les hace difícil pensar que Dios no haya pronunciado palabras como nosotros. Para tratar de entenderlo, hemos entablado un diálogo a base de la siguiente pregunta: ¿De cuantas maneras podemos comunicarnos entre los hombres? Y han ido respondiendo de esta manera.

- Los amigos se comunican entre sí conversando
- Cuando está ausente un amigo, un padre, un hijo, un miembro querido de la familia, se comunica por medio de cartas.
- Pero también puede comunicarse por medio de un mensajero.

Para dar a entender que no solamente podemos comunicarnos por medio de la palabra hablada o escrita, he llamado la atención de un joven y luego le he hecho una señal con los ojos. El joven se levantó de inmediato, disponiéndose así a venir hacia mí, de acuerdo con la seña que le hice. Estos gestos demostraron claramente que el hombre puede comunicarse con sus semejantes a través de la mirada, como también a través de otras señales. Si levantamos la mano y la movemos con la palma hacia delante moviéndola suavemente de un lado a otro, significamos una despedida. Si levanto la mano y cerrando todos los dedos menos el índice, hago un gesto enérgico desde la altura del pecho hacia un lado, estoy significando que quiero que alguien salga. Los hombres utilizamos una cantidad de señales para comunicarnos. Los incas, por ejemplo, se comunicaban a grandes distancias encendiendo fogatas en la cumbre de las montañas conocidas con el nombre de pucará o fortaleza.

Pero también podemos comunicarnos sin ninguna señal. Una madre entiende perfectamente lo que quiere pedirle su hijo o por lo menos que quiere pedirle algo, aunque el hijo no le diga ninguna palabra ni le haga señal alguna. Es como si ella adivinara el deseo de su hijo.

Cuando Moisés, según cuenta la Biblia subió a la montaña, tuvo comunicación con Dios por medio de la oración llamada contemplativa. Dios dio a conocer a Moisés cuál era su voluntad en relación con la liberación del pueblo israelita, comunicándose con él en la soledad, en el silenció, inspirándole sus pensamientos y deseos. Por eso se dice que Moisés, al mismo tiempo que era un gran jefe, era también un gran místico. Era un hombre que sabía conducir, que sabía tomar medidas prácticas, que sabía organizar; pero era también un hombre que sabía reflexionar, que sabía descubrir cuál era el pensamiento de Dios y cuáles eran sus designios.

4. Modos de comunicación de Dios.- Una de las respuestas expresó que la Biblia era un instrumento por medio del cuál Dios habla al hombre ¿tiene Dios diversas maneras de comunicarse con el hombre, así cómo el hombre tiene diversas maneras de comunicarse con sus semejantes? En otras palabras: ¿Dios se ha comunicado con el hombre sólo por medio de la Biblia?

Todas las cosas creadas por Dios son Palabra de Dios. Si nos detenemos a pensar en las primeras expresiones de la Biblia, encontramos lo siguiente:

“En el principio creó Dios los cielos y la tierra...
Dijo Dios: “Haya luz”, y hubo luz...
Dijo Dios: “Haya un firmamento en medio de las aguas que las esté separando unas con otras”. Y así fue...
Dijo Dios: “Acumúlense las aguas de debajo de los cielos en una sola masa y aparezca suelo seco”. Y así fue...”

Cuando la Biblia narra la creación, siempre dice esa frase que hemos escuchado: “Dijo Dios”. Por consiguiente, la luz es Palabra de Dios, el firmamento es Palabra de Dios, la tierra seca y los mares son Palabra de Dios, las semillas de hierbas y de árboles, el sol la luna y las estrellas, los peces, los animales y las aves son Palabra de Dios. El hombre es también Palabra de Dios. Cuando resolvió crearlo, cuenta la Biblia así:

“Dije Dios: “Hagamos al hombre a imagen nuestra, según nuestra semejanza, y domine en los del mar, en las aves del cielo, en los ganados y en todas las alimañas, y en toda sierpe que serpea sobre la tierra”. Aquí también encontramos la misma frase: “Dijo Dios”. Por esto, acabo de afirmar que el hombre es Palabra de Dios. En la práctica, cuando unos hombres nos hablamos y nos comunicamos podemos transmitirnos mutuamente el pensamiento de Dios.

También Dios se hace presente a través de los acontecimientos. La misma Biblia es, en gran parte, narración de grandes acontecimientos. Propiamente hablando, sólo el hombre es capaz de realizar la historia. Pero Dios se hace presente en los acontecimientos de la historia, para que el hombre pueda discernir lo que hay de bueno y lo que hay de malo en cada uno de los acontecimientos. La historia es el camino que está llamado a recorrer el hombre a través del tiempo para llegar a Dios, porque el hombre ha salido de Dios y vuelve hacia El. Los hechos que realiza el hombre pueden acercarle a Dios o pueden alejarlo de El. Por esto, en los acontecimientos el hombre debe aprender a ver si se está acercando o se está alejando de Dios. Los acontecimientos dan también oportunidad al hombre para describir lo que Dios quiere, por ejemplo cambios en las estructuras sociales o religiosas.

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