sábado, 19 de septiembre de 2009

Envío Nº 33: FUNDAMENTO DE LA OPCIÓN POR LOS POBRES (II PARTE)

Fundamentos de la Opción por los Pobres (II Parte)

…Cuando he visto así mismo que entre dos campesinos indígenas dirigentes de una comunidad establecieron una especie de turno, el uno iba así mismo a trabajar en la Costa, durante un mes y el otro se quedaba al frente de la comunidad, atendiendo todas sus necesidades y cuando llegaba el mes éste que se había quedado iba a trabajar porque había regresado ya el otro, de modo de no dejar huérfana a la comunidad en ningún día del año, estar dedicados constantemente al trabajo apostólico en medio de su propia comunidad, vuelvo a repetir que cuando veo eso, digo que los pobres realmente nos evangelizan, nos conmueven, nos sacuden y por eso también he afirmado que los elogios, no son para mí, cuando los escucho cómo los he escuchado esta noche, yo los enderezo hacia ellos y los enderezo hacia el pueblo, hacia el pueblo pobre del Ecuador, hacia este pueblo cristiano del Ecuador, hacia ustedes, hacia todo el pueblo que habita el territorio ecuatoriano, puede haber ciertas diferencias… pequeñas de cierto bienestar, en algunos sectores de la población ecuatoriana, pero no es una población rica, no es una población opulenta, ¡no!, es un pueblo pobre, un pueblo pobre y creyente, cree en Dios cree en la Virgen, cree en la Providencia de Dios, cree en el Amor Protector de La Virgen Santísima, cree en el Evangelio, cree en Jesús, es un seguidor de Jesús, éste pueblo pobre del Ecuador, este pueblo creyente, este pueblo capaz, de muchas acciones, de muchos compromisos, éste es nuestro pueblo a éste me pertenezco y éste pueblo es el que merece todos esos elogios, de modo que, os los devuelvo a ustedes, os devuelvo a vosotros, todos los elogios que se reciben.
Se está hablando de mi candidatura al Premio Nobel de La Paz, se habla muchas veces del honor que eso puedo significar, todo lo que significa honor viene a ser vacío. Puede ser vacío inclusive el mismo premio, si es que ese premio no trae... (Corte en el audio)
…y no me avergüenzo de ello, este pueblo, digo, es el que tiene que cambiar, tiene que avanzar. ¿Avanzar en qué sentido? ¿A la riqueza? No quisiera. A cierta conquista de justicia, a la conquista de una suma de bienes necesarios indispensables, de acuerdo con la voluntad de Dios, para que pueda desenvolverse este pueblo, pueda educarse, pueda crecer… pero fundamentalmente a que seamos un pueblo unido, un pueblo unido y un pueblo que nos identifiquemos como tales, como ecuatorianos, como latinoamericanos, un pueblo que no pierda su fe, un pueblo que no pierda sus valores; hay muchas influencias que nos vienen de diversos costados, influencias perniciosas, tendientes a hacernos perder nuestros valores culturales. Séame permitido en este momento, saludar la iniciativa de haber creado un Centro Cultural, un Centro Cultural que seguramente quiere rescatar valores culturales ancestrales de nuestros antepasados; no debemos negar ni renegar del porcentaje de sangre india que también llevamos en nuestras venas y por lo mismo no debemos renegar de los valores culturales, que nos dejaron como herencia esos indios, que vivieron unos valores culturales extraordinarios. Si somos capaces de realizar grandes mingas… el pueblo del Carchi se ha distinguido y ha conquistado fama con esas grandes mingas que ha realizado en tantas oportunidades; ¿qué es la minga? La minga es una herencia de los indígenas trabajo comunitario, trabajo común que busca el bienestar de todos realizando una obra grande o pequeña, pero realizándola para el bien común, señal de que hemos heredado valores culturales: ese sentido comunitario, ese sentido de fraternidad, de fraternidad y de justicia mutua, son valores que deben distinguirnos, caracterizarnos como ecuatorianos y como creyentes en Cristo, como discípulos de Él. Comunitarios entonces, pero a más de eso tenemos que también poner en claro otros valores, otros valores que nacen de la voluntad de Dios, que El Señor mismo los ha sembrado en el corazón humano, pero que el pecado ha ido destruyendo en lo que llamamos civilización, a más de la justicia, a más del amor que es la fuente del espíritu comunitario, de ese espíritu fraterno, tenemos que aprender a ser verdaderos, transparentes, claros; de tal manera que lo que pensemos, lo digamos, de tal manera que lo que sintamos en el corazón lo digamos, que no disfracemos nuestro pensamiento, que no disfracemos nuestros sentimientos; que no entre la hipocresía, que no entre el engaño, que no entren las apariencias en nuestra vida cotidiana, en nuestras relaciones de unos con otros, sino que seamos siempre limpios, seamos siempre sinceros, seamos siempre sencillos, en nuestro proceder, de la misma manera como tiene que ser en nuestra manera de hablar; es otro valor que tenemos que cultivar, para que seamos un pueblo y a más de esto otro valor, el valor de la libertad, Dios nos llama a ser libres, no a ser esclavos, esclavos de nada ni esclavos de nadie, comunitariamente ayudándonos unos a otros, estamos llamados a ser libres; San Pablo dice también a éste propósito: que, estamos llamados a ser libres, como son libres los hijos de Dios, como hijos de Dios estamos llamados a ser libres y Jesús dice en el Evangelio la Verdad os hará libres, si practicamos lo que acabo de decir de ser verdaderos, de ser limpios, de ser transparentes, en ese mismo hecho empezamos a conquistar la libertad, “La Verdad os hará Libres”, es otro valor que tenemos que cultivar, para hacernos pueblo, un pueblo, el pueblo de Dios, un pueblo que realmente pueda irradiar desde su vida, desde la práctica diaria cotidiana, a veces rutinaria de nuestras actividades, irradiar Luz, irradiar Amor, irradiar fuego, en ésta América Latina y en medio del mundo. Por eso digo que, felicito, la existencia de un Centro Cultural, que haya el cultivo, el descubrimiento de nuestros auténticos valores, que haya el cultivo de esos valores, ¿a través de que?, habrán múltiples manifestaciones, la música es una expresión de la cultura propia en eso también seamos celosos, no dejemos penetrar músicas extrañas que nos aturden y que nos roban nuestros propios valores y podrá ser la Literatura, podrá ser la Poesía y podrá ser la danza y podrá ser el teatro y cuántas otras manifestaciones artísticas, seamos también creativos, creativos de una cultura propia, escarbando, dijera yo, en nuestros valores anteriores y cultivando todo eso, porque ahí está la autenticidad de una semilla de salvación. Y desde ese punto de vista, del brazo, unidos con otras personas, que pueden tener otras preocupaciones, con los agricultores, con los que cultivan la tierra, con los que sudan allí con el azadón en la mano, para extraer del seno amoroso de la tierra, los alimentos que debemos tener, para alimentar nuestra vida, nuestro cuerpo, con ellos: con los artesanos con el carpintero, con el herrero, con el mecánico, con el sastre, con todos los artesanos, del brazo, unidos, ellos realizando sus propias actividades, de acuerdo con el plan de Dios contribuyendo a crear un pueblo, un pueblo ecuatoriano que sea auténtico, que se identifique por unas características que nacen del mismo Evangelio, de la misma voluntad de Dios. Este es el proceso que se está siguiendo en toda América Latina y constituye una esperanza; si hay gentes que predican el Evangelio ahora, no solamente los Sacerdotes, tenemos por fortuna la posibilidad en nuestros tiempos de que nos ayuden en esta tarea de predicar el Evangelio religiosas y seglares; los seglares tienen un puesto en la Iglesia, una responsabilidad en la Iglesia y si ellos van predicando este Evangelio, este Evangelio auténtico de hacer la voluntad de Dios, el reino de Dios, de constituir el reino de Dios en nuestras relaciones, todos estamos juntos, estamos del brazo. Lo que estoy diciendo me hace recordar que en momentos de prueba, en momentos de conflicto, en momentos tenebrosos que los hemos vivido, siempre me han llegado voces de aliento, voces de fraternidad tanto de personas amigas de cristianos conocidos, como también de otros cristianos con quienes no habíamos tenido la oportunidad de hablar de conocernos personalmente, cristianos del país y cristianos de otros países, cartas, telegramas que llegan con una voz de aliento y he visto a través de ese gesto que esta Iglesia de la que formamos parte es algo humilde pero grande, que esas voces nos llegan como voces de fraternidad, como una mano que se acerca al brazo del hermano que está padeciendo para decirle estamos contigo, no te desanimes, no te desalientes, sigue adelante en tu tarea y a través de esas voces de nuestros hermanos, me ha parecido escuchar la misma voz de Dios.

Bien este es el mensaje que les dejo a ustedes, ojalá les nazcan muchas inquietudes, ojalá nazca en el corazón de cada uno de ustedes, cualquiera que sea la actividad que realicen, les nazca el deseo, la aspiración de aportar lo que puedan para el proceso de formación de éste pueblo del Ecuador unido a todos los pueblos hermanos de América Latina. Si contribuimos así, aceleramos la venida del reino de Dios, si contribuimos así, vamos también a aportar mucho a la salvación de este mundo en peligro, de este mundo de pecado, que puede llevarnos a la destrucción y a la muerte.

Queridos hermanos amigos de Huaca… después de reflexionar sobre todo esto, de comentar en nuestras casas, de comentarlo con nuestros vecinos, podéis descubrir que hay necesidad de concretar estas ideas en algo práctico y, ese algo práctico será organizado, pertenecer a alguna organización, fundamentalmente diría una comunidad cristiana, que se reúnan para leer la palabra de Dios, para aplicarla a la realidad propia de ustedes, para comprometerse a trabajar por los demás hermanos. Si de esa comunidad cristiana van naciendo otras organizaciones, de acuerdo a otras necesidades, en buena hora, pero hay necesidad de organizarnos, de vivir juntos, de experimentar allí, en las reuniones periódicas, de experimentar esta fraternidad, este amor mutuo, este espíritu de servicio, por allí el corazón se irá ensanchando para amar no solamente a los próximos, a los que están más cercanos a nosotros, sino también para amar a otros hermanos desconocidos dentro del país, para amar a otros hermanos que están viviendo en otros países y que están sufriendo, para así llegar a expresar también lo que se llama la solidaridad que no es otra cosa sino una manera de expresar el amor cristiano a seres que están sufriendo. Y eso nos vinculará poco a poco con otros países, con otros hermanos y llegaremos a construir una patria grande, la patria que se llama América Latina, esa América Latina que en estos momentos padece como alguien dijo dolores de parto, porque está en vísperas de dar a luz un nuevo hombre, una nueva sociedad, un mundo nuevo de acuerdo también con las Sagradas Escrituras, encaminemos hacia allá queridos amigos.

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