sábado, 19 de septiembre de 2009

Envío Nº 25 NOS MIRAN DESDE EUROPA Y VIENEN A VERNOS (II PARTE)

NOS MIRAN... DESDE EUROPA... Y VIENEN A VERNOS... II PARTE

Cómo es esto de la renovación del Sacramento de la penitencia. Continuando por el mismo camino de aclarar dudas aunque en los ejemplos que he puesto no ha habido ninguna referencia al sacramento de la penitencia quiero empezar ahora a aclarar dudas a este respecto: Hay gente que se encuentra sumamente angustiada, desorientada con relación al sacramento de la penitencia. Pero este fenómeno de la angustia, de la confusión no es solamente de aquí de la Diócesis de Riobamba, es fenómeno que se está produciendo en cualquier parte del mundo. Tengo delante de mí, un documento producido por una comisión de teólogos Suizos. La Conferencia Episcopal de Suiza consciente de esta misma desorientación que está sintiendo el pueblo, encargó a esta comisión, a hacer un estudio serio, para poder así explicar a los fieles, cuál es la doctrina de la Iglesia en relación con el sacramento de la penitencia.

En la presentación de este trabajo dicen por ejemplo entre los numerosos problemas que han surgido en la actualidad, hay uno que preocupa a los espíritus, la práctica del sacramento de la penitencia; por esta razón la Conferencia de los Obispos Suizos, ha estimado que era su deber, ilustrar a los fieles. A este efecto encargó a la Comisión Teológica Interdiocesana el estudio especial de este problema, el resultado de sus trabajos queda reflejado en el estudio que se publica seguidamente.


Los Obispos Suizos agradecen luego, a los teólogos que hicieron ese trabajo, y luego empieza y a el trabajo mismo.

¿En qué consiste el problema?

Unos piensan allá como aquí, que no es tan necesario el sacramento de la penitencia, que no hay para qué estar confesando los pecados con tanta frecuencia, a un hombre como es el sacerdote, inclusive, sus palabras reflejan una debilitación de la conciencia misma de pecado, dicen que no tienen grandes pecados, que no tienen necesidad por lo mismo de confesarse, no se sienten con una mala conciencia delante de Dios. Esto por un lado. Por otro lado en cambio, hay otros cristianos, que dicen que, no basta la confesión tal como se la está llevando, se ha vuelto rutinaria, se ha vuelto una especie de acción mágica, y ante el confesor. Después de haberse examinado, decirle una pequeña letanía de pecados o de faltas, recitar el Señor mío Jesucristo, y esperar automáticamente la absolución del sacerdote. Esto no es, dicen ellos, y lo dicen amargamente, esto no es, recibir una absolución de los pecados. Esto no es una conversión. ¿No sería necesario, añaden, pagar un precio más elevado, por mi vuelta a Dios? ¿No debería influir más profundamente en mi vida, la recepción del Sacramento de la Penitencia? ¿Es suficientemente auténtico, mi arrepentimiento? Y así por este estilo van haciéndose muchas preguntas.

Este es el problema. Vamos a tratar de irlo resolviendo entre hoy y las próximas oportunidades que tenga de presentarme ante vosotros.

Hoy solamente digo: que si hay el peligro de que el sacramento de la penitencias haya caído en una especie de acción mágica, rutinaria, fundamental es, que nosotros tomemos conciencia de que debemos convertirnos.

Nuestro Señor Jesucristo, cuando empezó su vida pública, empezó predicando precisamente la conversión y la penitencia, “Convertíos, porque el Reino de Dios se acerca”. Esto es lo fundamental.

Por falta de tiempo, dejo ya solamente aquí esta explicación sobre la renovación del sacramento de la penitencia.

Programa emitido por “Escuelas Radiofónicas Populares” el día 27 de agosto de 1971.

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