domingo, 7 de noviembre de 2010

Envío 132: EL ECUADOR DE HOY A LA LUZ DEL PENSAMIENTO DE MONSEÑOR PROAÑO EL OBISPO DE LOS INDIOS (II Parte)


EL ECUADOR DE HOY A LA LUZ DEL PENSAMIENTO DE MONSEÑOR PROAÑO EL OBISPO DE LOS INDIOS(II Parte)

2. La Revolución ciudadana, para ser realmente revolucionaria, no puede tener otras bases que el conjunto de las clases subalternas y todos los grupos sociales que, directa o indirectamente, padecen de la lógica del capitalismo, como las mujeres víctimas de las privatizaciones del agua, de la salud, de la educación o de los indígenas perdiendo sus tierras su autonomía, su cultura. Por eso, un tal proyecto no puede ser llevado por actores que no lo comparten. Los eventos recientes son una oportunidad de marcar más claramente la opción de izquierda. El ensayo de golpe demostró la voluntad destructiva de la derecha y ningún actor político que no está de acuerdo con los objetivos y la manera de conseguirlos tendría que ser miembro de los órganos claves del Estado. La revolución ciudadana nunca será considerada suya por la derecha, aún con concesiones políticas.

3. El Estado en construcción no puede ser evidentemente ni el aparato tradicional en manos de la oligarquía o de la burguesía capitalista, ni un medio para una ascensión económica vía la corrupción, pero tampoco puede ser un Estado centralizado (jacobino). La institucionalización de un Estado capaz de ser el instrumento de los objetivos revolucionarios de la revolución ciudadana exige mecanismos de participación política reales. No puede realizarse con la promulgación de leyes con veto y objeciones del Presidente frente a grupos sociales que se sienten ignorados (y a veces agredidos) después de meses de negociación en el congreso. La acumulación de estos casos puede significar un real peligro para el proceso político nacional, especialmente cuando eso implica grupos significativos de estudiantes, maestros, profesores universitarios, indígenas, trabajadores sindicalizados y del sector público. Como lo ha escrito Samir Amin: “Si se deja desarrollar la contradicción entre las instancias populares y el Estado, los avances realizados corren el riesgo de ser derrotados” (Samir Amin, 2005)

Para afrontar la derecha, no basta aplicar soluciones teóricamente buenas y políticamente impuestas, sino sumar fuerzas populares en un proceso educador. Eso es la manera de progresar en campos delicados, como la cuestión agraria, la economía solidaria, la democracia participativa, la plurinacionalidad, sin temer los golpes de la derecha. Finalmente la institucionalización del estado pide continuidad en los roles y un estilo presidencial de convergencia de todas las fuerzas de cambio. Según el autor citado, eso significa “reforzar el carácter complementario posible de los avances del pueblo, de la liberación de la nación y de las realizaciones del poder del Estado” (Samir Amin, ibídem).

La transición

Para realizar esta tarea, el concepto de transición es un instrumento útil, porque permite a la vez guardar la radicalidad de los objetivos y aceptar la realidad política. Sin embargo para ser operacional en un proceso de cambio real, hay dos condiciones. En primer lugar, no puede ser una concesión a la derecha, sino un reconocimiento de los límites en el tiempo, de la posibilidad técnica de realización y de la correlación de fuerzas sociales existentes. En segundo lugar, su contenido debe ser el fruto de un diálogo permanente entre las fuerzas sociales (movimientos, un pueblo organizado social y políticamente) y el Estado. A título de ejemplo en la política extractiva (petróleo, gas, minerías), donde el Ecuador ha dado un ejemplo histórico (el Yasuní), se debe reconocer los graves daños ecológicos y sociales de esta actividad y al mismo tiempo no se puede pedir al país cesar de un día al otro esta actividad, fuente de ingresos para el Estado. La transición podría definirse en 4 puntos:

(1) reorientar la economía del país en función de las necesidades internas en vez de la exportación extractiva (eso es el largo plazo)

(2) establecer normas estrictas ecológicas (protección del entorno, utilización del agua, etc.) y sociales (derecho de las comunidades indígenas, campesinas y afro ecuatorianas, condiciones de trabajo, etc.)

(3) pedir el pago del precio de las normas a los consumidores de estos recursos y

(4) exigir la elaboración de leyes internacionales para evitar el efecto de “ventajas comparativas”.

El mismo concepto puede ser aplicado a otros sectores de las políticas económicas, sociales y culturales.

Conclusiones

Puede parecer paradójico decirlo, pero el golpe de estado fue un éxito de hecho, a pesar de la falta de estrategia de la derecha. La izquierda está dividida, el descontento social es amplio, Alianza País es más identificada con una persona, y el presidente más aislado a pesar de un apoyo masivo de un pueblo que no quiere más ilegalidad. Las Fuerzas armadas, que defendieron la legitimidad del poder, salen como árbitros políticos, lo que no es su papel normal en un Estado de derecho. Todo eso significa un reforzamiento de la derecha.
Sin embargo, esta situación puede ser también una oportunidad de una nueva etapa para la Revolución ciudadana: redefinición de sus objetivos, no como una social - democracia de compromisos, sino como un proyecto crítico de la lógica misma del capitalismo, para lograr no el crecimiento, sino el buen vivir; reorientación de sus métodos hacia un proceso popular con bases amplias; institucionalización de un Estado democrático, plurinacional, y participativo.
El pensamiento de Monseñor Proaño en estas perspectivas, tiene un valor importante: sus análisis sociales, sus orientaciones para una sociedad nueva, sus posiciones sobre la participación y finalmente su fe cristiana como fuente de inspiración de una Revolución ciudadana

• Ponencia en el Primer Encuentro internacional en Homenaje al pensamiento y acción de Monseñor Proaño, Riobamba, 21 de octubre 2010.

Bibliografía


AMIN Samir, La trajectoire du capitalisme historique, (manuscrit) 2005
BELLINI Luciano (compilador) Palabras de Liberación – Discursos y Homelias de Monseñor Leonidas Proaño (1985-1987), Abya Yala, Quito, 2009
GAVILANES del CASTILLO, Luis María, Monseño Leonidas Proaño y su misión profética-liberadora en la Iglesia de America latina, Quito, sin ed, 1992

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